Blog de Cine

Desayuno con Diamantes: 50 Aniversario de un Mito

Recuerdo perfectamente las sensaciones que me provocó ver por primera vez «Desayuno con Diamantes». La más importante tenía forma de flecha y alcanzó mi corazón con una facilidad pasmosa; la responsable no era otra que un ángel llamado Audrey Hepburn. La competencia estaba asegurada, razón por la que decidí rebajar el impacto del proyectil de una categoría de amor eterno a la de amor platónico; una buena forma de evitar la decepción.

Pero seamos justos; los dos protagonistas brillan con una intensidad que consigue eclipsar la oscuridad de sus personajes. Audrey, como hemos comentado anteriormente, desprende encanto a raudales y realiza una interpretación mágica. George Peppard aguanta el tipo dignamente, aunque es eclipsado en todo momento por su compañera de reparto. Esto no es sólo culpa de Holly Golightly (Hepburn), sino también de Truman Capote, autor de «Breakfast at Tiffany’s», que construye un personaje femenino realmente delicioso.

Cuando una película que nos gusta tanto está basada en una novela, muchos somos los que nos interesamos por la obra en cuestión, y en algunas ocasiones incluso la leemos. No alcanzo a entender qué buscamos exactamente cuando lo hacemos. De lo que sí estoy seguro es que es mejor hacerlo en este orden: primero película y luego novela. Es más impactante toparnos con un film que no responde a las expectativas generadas por una magnífica novela que a la inversa. Cuestión de idealización.

La verdad es que no creo que esto suceda con «Desayuno con Diamantes». La novela es fascinante y se lee con una fluidez e interés dignos de mención. Pero en la película, Blake Edwards, conocedor de los puntos fuertes de la novela, sigue libremente su argumento, introduciendo cambios tanto en el orden de los acontecimientos como en la naturaleza de Fred, personaje interpretado por George Peppard. Quizás su objetivo era suavizar la impresión que provocaba en la obra de Truman Capote el personaje de Hepburn, construyendo un personaje masculino igual o más oscuro que ella.

La jugada sale perfecta, aunque permite una segunda lectura mucho más deprimente que lo que le hubiera gustado al Hollywood mas conservador y al público en general. Supongo que el tiempo que dedica Edwards a la fiesta en la casa de Holly y cómo la muestra, forma parte de una campaña de dulcificación de la película, así como el hecho de que Fred acompañe a Holly en su visita semanal a la prisión de Sing-Sing. Porque no olvidemos que esta película que siempre intentaron vendernos como una comedia, está protagonizada por dos personajes tremendamente infelices, desorientados y con grandes carencias afectivas. Una «señorita de compañía» y un «mantenido», algo de lo que ambos se sienten avergonzados en su fuero interno.

A diferencia del libro, el guión de la película explota brillantemente este hecho. Solo cuando Fred o Holly pretenden hacerse daño, sacan al exterior los secretos mas íntimos del otro, obligándole a afrontar la cruda realidad. Por decirlo así, la adaptación cinematográfica ayuda a que ambos personajes tengan una función terapéutica el uno con el otro, porque, al fin y al cabo, son dos caras de la misma moneda.

El gran triunfo de Edwards, director de la cinta, es que, a pesar de todo lo mencionado en los dos últimos párrafos, logra imprimir un encanto especial a la película y consigue equilibrar milagrosamente el sabor agridulce que deja en el espectador. Esta bien, acaba cediendo en un final complaciente y poco creíble, pero como diría Billy Wilder: «Nadie es perfecto».

Carlos Fernández Castro

Desayuno con Diamantes (Breakfast at Tiffany’s) (1961)

Dirección: Blake Edwards

Guión: George Axelrod (Novela: Truman Capote)

Reparto: Audrey Hepburn, George Peppard, Patricia Neal, Martin Balsam

Fotografía: Franz Planer

Música: Henry Mancini

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , ,

3 Comentarios

  1. La escena en que el la observa cantar, desde la ventana…de las mejores del cine. Gran pelicula, que por una vez……, iguala una magnifica novela. Buena critica

  2. Redonda!!! Y tiene una de mis citas favoritas de cine: » Se tardan exactamente 4 segundos en ir de aquí a la puerta. Yo le doy 2″. Rotundo

  3. Yo también aun recuerdo la primera vez que vi Desayuno Con Diamantes…que buena de principio a fin; como olvidar la apertura…de hecho fue la primera película que vi de Audrey Hepburn, ahora tengo todas sus películas en DVD, Audrey era belleza y elegancia no va a ver otra Audrey porque ella es única…