Placeres Inconfesables: Mensajero del Futuro (The Postman) (1997)

Siempre me ha gustado el cine de Kevin Costner, ya sean sus películas como actor, o aquellas en las que se colocaba detrás de las cámaras. Quizás ello explique mi benevolencia hacia «Mensajero del Futuro«, una película que desde su estreno fue vapuleada sin piedad por público y crítica, y que yo aprovecho para reivindicar en estas líneas.

Me gustaría aclarar que no considero esta obra como lo mejor de un cineasta y actor cuya filmografía cuenta con títulos tan relevantes como «Bailando con Lobos», «Open Range», «Campo de Sueños», «No hay Salida» o «Los Intocables de Elliott Ness»; sin embargo, sí considero que es portadora de una serie de valores, tanto cinematográficos como morales, que la hacen acreedora de un cierto reconocimiento.

El caso de Kevin Costner es el paradigma de lo que tantas veces hemos visto representado en abundantes películas de Hollywood, y que podría ser el material perfecto para un guión: el ascenso y la caída de una súper-estrella de cine. Justo cuando acababa de deshacerse de su etiqueta de sex symbol, y poco después de haber alcanzado la cima de su talento con películas como «Un Mundo Perfecto» (1993) -en la que fue dirigido por el maestro Eastwood realizando su mejor interpretación-, y «Bailando con Lobos» (1990)-su debut en la dirección con el que sorprendió a propios y a extraños-, el bueno de Costner empezó a tomar una serie de erráticas decisiones -auspiciadas por su nuevo estatus- que le colocaron en una posición idónea -y poco deseable- para comenzar un descenso vertiginoso a los infiernos del desprecio popular; cintas como «El Guardaespaldas» (1992), «Waterworld» (1995) o «Tin Cup» (1996) echaron por tierra todos los esfuerzos y demostraciones de talento realizados en la década anterior.

Y todos sabemos que cuando alguien pierde la estrella, automáticamente se convierte en estrellado, y no hay nada que pueda hacer para remediarlo. A partir de ese momento, Kevin Costner siguió arriesgando en sus elecciones; unas veces acertó y otras erró, pero siempre fue fiel a si mismo. «Mensajero del Futuro» (1997) es un claro ejemplo de ello. Probablemente contiene tantos momentos brillantes como bochornosamente patrióticos, pero al ponerlos en una balanza imaginaria, la conclusión es claramente positiva.

La segunda película de Kevin Costner detrás de las cámaras dura 177 minutos, un metraje que a priori podría parecer excesivo, pero que gracias al talento narrativo de su director fluyen con una facilidad pasmosa y carecen de baches relevantes en su ritmo. Ante todo, «Mensajero del Futuro» es un film entretenido, una película de aventuras que no solo mantiene la atención del espectador en todo momento, sino que además emociona con muchas de sus secuencias.

Kevin Costner ubica su película en un contexto postapocalíptico, en el que la civilización ha sufrido un revés de índole desconocida, y el ser humano parece haber perdido parte de las libertades y derechos como hoy día los conocemos; los Estados Unidos ya no existen como tal y los americanos viven en poblaciones dispersas y prácticamente incomunicadas, sometidos a una auténtica dictadura de un grupo paramilitar liderado por un sádico con delirios de grandeza.

A través de su personaje principal, bastante estereotipado en ocasiones, Kevin Costner apela a la esperanza como única salvación y medio de defensa contra aquellos que pretenden someter y controlar a los demás mediante el miedo y la violencia. La figura de el cartero (el título original del film en inglés es «The Postman») es una llamada a la recuperación de los valores tradicionales -las cartas funcionan más como un símbolo que como un medio de comunicación real-; una apuesta por la colectividad, cuya fuerza se cimienta en la ilusión que el protagonista logra devolver a los supervivientes, frente al individualismo del cual hace gala el personaje interpretado por Costner en el primer tercio de metraje; en definitiva, una lucha entre «divide y vencerás» y «la unión hace la fuerza».

Como es habitual en su cine, el director americano hace gala de un exquisito gusto para los paisajes en los que enmarca sus historias; también echa mano de sus clásicas notas de humor para las que en esta ocasión recurre a The Beatles -engaña a la gente asegurando que el nuevo Presidente de los Restaurados Estados Unidos se llama Richard Starkey, verdadero nombre de Ringo Starr, y poniendo en su boca la frase «la situación esta mejorando cada día», tal y como reza «It’s Getting Better», un corte del Sgt Pepper’s Lonely Heart’s Club Band- y a Tom Petty, al que regala un pequeño personaje  en el último tercio del film, con broma incluida. Además, demuestra su cinefilia recurriendo a un poco de Capra (Qué Bello es Vivir) por aquí, y otro poco de Rossellini (El General de la Rovere) por allí.

Como podemos comprobar a través de todos estos detalles, «Mensajero del Futuro» es una película muy personal; en ella, su director vuelve a poner toda la carne en el asador como ya había hecho en «Bailando con Lobos» (su primera película en la dirección). Los resultados son desiguales, pero como diría Billy Wilder: «nadie es perfecto».

Un tipo como Kevin Costner podría haberse dejado resucitar muy fácilmente por Quentin Tarantino, quien le ofreció un papel muy jugoso para «Django Unchained», pero declinó la invitación; porque un tipo como Kevin Costner rara vez hace lo que no siente, y eso se nota en su cine.

Carlos Fernández Castro

Artículo patrocinado por KioscoDVD; esta y muchas otras películas de Kevin Costner AQUÍ

«Mensajero del Futuro» (The Postman) (1997)

Dirección: Kevin Costner

Guión: Brian Helgeland, Eric Roth

Reparto: Kevin Costner, Will Patton, Olivia Williams, James Russo

Fotografía: Stephen Windon

Duración: 178 Min.