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Yo vengo aquí a hablar del libro: Apocalypse Now (El corazón de las tinieblas)

El objetivo de estas líneas es comparar , de forma muy resumida, las películas con los libros en los que se basan. El cine ha bebido de la literatura desde siempre y puede resultar interesante ver cuáles son las similitudes y diferencias entre las dos representaciones de una misma obra: veremos finales que se cambian, cómo algunos personajes desaparecen, aparecen o cambian, los giros en la trama para que, teóricamente, ésta resulte más interesante en pantalla, qué se corta, qué se alarga y qué se añade, etc. Para ello tendremos a veces que contar detalles que es mejor no desvelar a aquellos que no han visto la película o leído el libro pero bueno , ya estáis avisados…

«Apocalypse now» es una adaptación de la novela corta de Joseph Conrad «El corazón de las tinieblas» publicada por entregas en 1899. Digo adaptación porque cambia la época, el lugar donde transcurre la acción y las circunstancias pero la historia que narra, las preguntas que plantea y los personajes que la protagonizan se mantienen inalterados.  Desde mi punto de vista, éste uno de los logros de Coppola: el haber sabido trasladar una historia de finales del siglo XIX con un contexto determinado a otro contexto y época que, aparentemente, no tienen nada que ver. La historia de Conrad transcurre en África en una época en la que las potencias europeas colonizaban el continente y se repartían sus riquezas al mismo tiempo que soportaban lo que se conocía como “la carga del hombre blanco” es decir, el deber moral de civilizar  a los nativos. Un narrador anónimo relata la historia de  Charley Marlow, un marino que viaja al Congo para sustituir al capitán de una pequeña embarcación fluvial y acaba rescatando al encargado de una estación comercial (Kurtz) de quien hace más de un año que no se sabe nada. En «Apocalypse now», el capitán del ejército Benjamin L. Willard (Martin Sheen) remonta el río Nung con la misión de matar al coronel Kurtz (Marlon Brando): un militar condecorado y con un historial extraordinario, que parece haberse vuelto loco y del que no se tienen noticias desde hace tiempo.

Pese a las diferencias que acabamos de comentar, libro y película cuentan el descenso al infierno físico y mental de los dos protagonistas principales , Marlow–Willard y Kurtz,  en un entorno extraño, con valores occidentales inservibles y que, en última instancia, obliga a cuestionar la bondad de la naturaleza humana. En cuanto al lugar en el que transcurre la historia, puede parecer que Vietnam y el Congo no tienen ningún punto en común cuando, en realidad, son muy parecidos;  ambos son lugares hostiles para un occidental en los que el clima, las enfermedades, la propia naturaleza y los nativos recuerdan de continuo a los protagonistas que no son bienvenidos. Por otra parte, en ambos escenarios, se pierde la capacidad de relacionar situaciones con las reglas y valores que normalmente se aplican en la sociedad a la que los caracteres están acostumbrados. Tanto en el Congo como en Vietnam, la presencia del occidental es una agresión en la que los que la perpetran salen malparados.

Coppola consigue reflejar la atmósfera oscura del libro y la sensación de que se trata de tierras extrañas en las que el límite entre la locura y la razón se difuminan dando lugar a situaciones casi absurdas. Por ejemplo, el coronel Kilgore (Robert Duvall) en la película logra transmitir una sensacion de incoherencia parecida a la que Marlow experimenta cuando ve al contable de la compañía en plena jungla vistiendo «con una elegancia tan inesperada que en el primer momento llegué a creer que era una visión. Vi un cuello alto y almidonado, puños blancos, una ligera chaqueta de alpaca, pantalones impecables, una corbata clara y botas relucientes» . El director de cine sustituye el contexto de total libertad que el rey Leopoldo II de Bélgica daba a los comerciantes europeos en el Congo por una situación de guerra en la que los valores y restricciones propias de una sociedad «civilizada» se suspenden o suprimen completamente (de ahí la referencia a las tinieblas). En ambos casos, el hombre solo responde ante sí mismo y actúa según le dicta su propia naturaleza ya que no existe un sistema legal o código ético aceptado  que rijan la sociedad en la que se encuentra. Esta desorientación provoca comportamientos extraños. Por ejemplo, en El corazón de las tinieblas, Fresleven, antecesor de Marlow y calificado como “la criatura más dulce y pacífica que caminó alguna vez sobre dos piernas” la emprende a palos con el anciano jefe de una tribu por un asunto de gallinas o el caso de Kurtz que pasa de ser un músico, un genio universal y un hombre en cuyos actos “la bondad brillaba” a ser el líder de una tribu indígena, ávido de marfil y amigo de empalar cabezas ajenas en la entrada de su choza. «Apocalypse now» también nos ofrece situaciones parecidas. Así, vemos como el coronel Kurtz, con un expediente ejemplar, termina masacrando indígenas y torturando a compatriotas.

Coppola también respetó los personajes principales de Conrad: Marlow (capitan Willard), el coronel Kurtz, «el timonel» (Phillips), y «el ruso» (el fotógrafo hiperactivo al que da vida Dennis Hopper). Al igual que en el libro, una de las principales características de Kurtz es su voz ; Marlow dice El volumen de su voz, que emitió sin esfuerzo, casi sin molestarse en mover los labios, me asombró. ¡Qué voz! ¡Qué voz! Era grave, profunda y vibrante”. Yo no calificaría así la voz de Brando pero Coppola intenta reflejar el carisma y poder de Kurtz por otros medios. El “fotógrafo” (el ruso del original de Conrad) también está caracterizado  de forma que transmite la misma sensación de incongruencia con el entorno sólo que, en lugar de vestir un traje parcheado con colores vibrantes, lleva una colección de cámaras colgadas del cuello. Con Marlow Coppola se toma alguna licencia ya que, en lugar de describirlo como un marino con sed de aventuras que desde pequeño quiso conocer África, nos lo presenta como un ex–agente de la CIA con dificultades para integrarse con sus compañeros y cuyo deseo es volver a la jungla cuanto antes. En cuanto a la tripulación del barco que remonta el río, el director de cine rodea a Willard de compatriotas mientras que Conrad mezcla a los hombres blancos, o “peregrinos”, con nativos. También presta mucha más atención a cada uno de ellos cuando en el libro tan sólo se describe al timonel con algo de detalle.

Como (casi) siempre, el final de la película no coincide con el del libro. El Marlow de Conrad encuentra a Kurtz en una camilla sin apenas fuerzas para moverse y que se arrastra como un caracol al intentar escapar en una ocasión. Kurtz muere a bordo del barco que le lleva de vuelta a la estación base en la desembocadura del río y confía a Marlow su informe de 17 páginas que, irónicamente, le había sido encargado por la  Sociedad para la Eliminación de las Costumbres Salvajes. Marlow regresa a Inglaterra, entrega el informe, conoce a la prometida de Kurtz y le miente diciéndole que este murió con su nombre en la boca. La película en cambio  nos presenta a un Kurtz mucho más fuerte que retiene y tortura a Willard durante días hasta que éste consigue asesinarle y regresar al barco para emprender el camino de vuelta una vez terminada su misión. Prefiero el final de Conrad ya que nos da la ocasión de ser testigos de la admiración que  despertaba Kurtz en la gente que le conocía por su calidad humana cuando nosotros, tras conocer la historia, ya sabemos que se trata de alguien que ha perdido todo vestigio de humanidad en el camino, alguien que ha descubierto «el horror» de la verdadera naturaleza del hombre cuando no está obligado a responder de sus actos.

Curiosidades:

«El corazón de las tinieblas» es una historia basada en una experiencia vivida por el escritor nueve años antes. Conrad tuvo que remontar el río Congo para rescatar a un compañero (Georges-Antoine Klein) que murió unos días más tarde a bordo del barco. La experiencia le marcó tanto que , ya de regreso en Inglatera , comentó a sus allegados que nunca volvería a ser el mismo.

Parece que tras viajar a Filipinas para el rodaje, Coppola fue advertido de que era época de tifones a lo que el director respondió:  “¿y tú quién eres? ¿el hombre del tiempo?”. Como no podía ser de otra forma, el set en el que actúan las chicas Playboy fue destruido completamente por un tifón.

Walter Murch, uno de los montadores de «Apocalyse now» y habitual de Coppola, cuenta en su  libro «En el momento del parpadeo» que la cantidad de material filmado equivalía a  más de 230 horas, lo que supone un proporción de un minuto usado por cada 95 rodado cuando lo normal es de uno por cada veinte. Menciona la escena del ataque en helicóptero al «Charlie’s Point» con la Cabalgata de las Walkirias de fondo, como ejemplo de este desmedido ritmo de grabación: » Era coreografía sobre una vasta escala de hombres, máquinas, cámaras y paisaje; como una especie de juguete diabólico que uno pudiera dar cuerda y luego dejar que funcionara. Una vez que Francis decía: «¡Acción!», el rodaje parecía un combate real: ocho cámaras filmando simultáneamente (algunas en tierra y otras en helicópteros), cada una de ellas cargada con un rollo de película de mil pies (aprox. 305 metros), once minutos. Al final de cada uno de esos planos, salvo que hubiera habido un problema obvio, se cambiaban los emplazamientos de las cámaras y se repetía toda la escena. Después se volvía a repetir, y luego otra vez. Cada toma generaba alrededor de 2.400 metros, una hora y media de duración.»


Mercedes Cal González
http://youtu.be/Tt0xxAMTp8M

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5 Comentarios

  1. Excelente disección, Mercedes, cargadísima de datos interesantes (y que desconocía por completo…). Felicidades.

    Un fuerte abrazo y buena semana.

    • Hola Manuel,
      Muchísimas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado y de que te haya resultado interesante. Buena semana para ti también.

  2. Excelente crítica comparativa de la novela de Conrad y la película de Coppola.

    • Hola Mariajo,

      Muchísimas gracias. Siempre es bueno ver que la sección cumple con su objetivo. Esperamos conseguir que te siga gustando.

      Un abrazo,

  3. Hola Mercedes,
    Cordial saludo desde Colombia. Le cuento que lei el libro en un día de manera vertiginosa y expectante. Mientras que la peli, no sé, me aburrió y solo la he visto de un tirón la primera hora…Aunque espero terminarla de ver pronto. Indudablemente son muchas las diferencias que hay entre película y libro. Me parece curioso que tanto en el libro como en la peli, se demore tanto para aparecer el gran y misterioso Kurtz. La verdad yo tenía más expectativas y esperaba encontrar más elementos de narrativa, de terror de suspenso en el libro…pero con todo, es una buena novela,

    Me gustó mucho su página…