Blog de Cine

Yo vengo aquí a hablar del libro: Conan

El objetivo de estas líneas es comparar , de forma muy resumida, las películas con los libros en los que se basan. El cine ha bebido de la literatura desde siempre y puede resultar interesante ver cuáles son las similitudes y diferencias entre las dos representaciones de una misma obra: veremos finales que se cambian, cómo algunos personajes desaparecen, aparecen o cambian, los giros en la trama para que teóricamente ésta resulte más interesante en pantalla, qué se corta, qué se alarga y qué se añade, etc. Para ello tendremos a veces que contar detalles que es mejor no desvelar a aquellos que no han visto la película o leído el libro pero bueno , ya estáis avisados…

Admito que en este caso soy parcial ya que mi primer contacto con este personaje fue hace muchos, muchos años, a través de los cómics de mis tíos que habían sido relegados al desván de la casa de mis abuelos. Estos cómics, mezclados con los de El Príncipe Valiente, El Jabato y algún TBO, me salvaron de un verano interminable en Galicia con lluvia constante. Años después, tras ver la película de John Milius, di con los relatos originales de Robert E. Howard y, como recordaba con cariño las aventuras de Conan que me tenían entretenida en esas tardes lluviosas, comencé a coleccionar los cómics.

Robert E. Howard fue un escritor contemporáneo de Lovecraft, al que se le atribuye la creación del género de espada y brujería en los años 30. Aparte de varios poemas, publicó una serie de relatos (más o menos) cortos de forma periódica en las llamadas revistas “Pulp”, Weird Tales es la más conocida, con Conan como protagonista. Estos relatos inspiraron una serie de cómics basados (unos más y otros nada) en los textos originales que narraban las aventuras de Conan incluyendo su etapa como rey de Aquilonia. Precisamente uno de los retos a la hora de escribir estas líneas ha sido el tratar de recordar cuáles eran las historias originales y cuáles las adaptadas o creadas a partir de ellas o de sus personajes. Para simplificar, sólo he tenido en cuenta los originales dejando de lado añadidos o nuevas creaciones.

En mi opinión, el problema que tienen las adaptaciones de las aventuras de Conan al cine es que Howard no escribió una historia como tal con su inicio, desarrollo y desenlace, sino varios relatos protagonizados por el mismo personaje. No obstante, dos de las tres películas que se han hecho hasta el momento («Conan el Bárbaro» en 1982 de Milius y 2011 de Nispel) comienzan con el nacimiento de Conan y siguen con una relativa evolución hasta un momento determinado. Pienso que esto se consigue de forma más afortunada (aunque totalmente infiel al original) en la película de Milius. Por otra parte, tanto las dos películas que hemos mencionado como “Conan el Destructor” (Fleischer, 1984) mezclan elementos, personajes y tramas de los originales aderezados con situaciones y caracteres nuevos o tomados de otras creaciones de Howard. Siempre he pensado que sería mucho mejor adaptar uno de los relatos originales al cine en lugar de coger al protagonista e inventarse prácticamente todo.

La nueva película estrenada este año con Jason Momoa como Conan, sigue la misma tónica que la de 1982 en este sentido, es decir, no adapta ningún relato original y (que yo sepa) ninguno de los que posteriormente escribieron otros autores. Comparando las dos películas (Milius y Nispel) con la obra de Howard, creo que la de Milius coge más elementos originales que la de Nispel. Por ejemplo, hay una referencia a “La Torre del Elefante” en la escena en la que Conan escala la torre de Thulsa Doom (que por cierto, no es un personaje de la saga de Conan sino de King Kull por el mismo autor) donde los seguidores del dios Set sacrifican a jóvenes. El propio Set aparece en la obra de Howard como un antiquísimo dios de Estigia (ver “El dios del cuenco”). También recoge la memorable escena de la crucifixión del relato “Nacerá una bruja” en la que Conan liquida a un buitre a mordiscos y el funeral de una Valeria-Bêlit de “La reina de la Costa Negra”. En cambio la de Nispel no hace referencia a ningún personaje ni situación de los relatos originales salvo la mención a la etapa en la que Conan se dedicaba a la piratería. Es cierto que la película tiene los elementos que normalmente aparecen en las narraciones de Howard. Por ejemplo, la brujería (con o sin monstruo) nos llega en este caso a través de Marique, la hija hechicera del villano Khalar Zym. No obstante se trata de una brujería un tanto extraña porque parece que sólo le funciona a veces. Los combates, otro elemento de las historias de Howard, también abundan tanto con hombres como con monstruos y seres supernaturales. En este sentido, tenemos que destacar la escena de lucha que enfrenta a Conan con una especie de espíritus de arena. El elemento femenino también esta presente con Tamara, una joven virgen que me recuerda algo a la Yasmela del relato de Howard “El coloso negro” por el tira y afloja que se trae con Conan hasta que acaba en sus brazos. Pese a tener todos estos elementos, la película no logra (por mucho) transmitir lo que en su día me transmitieron los relatos originales, los cómics o incluso la película de Milius. En pocas palabras , me aburrió y me pareció que había cogido el nombre de Conan tan sólo porque el protagonista tenía un aire con el personaje original. La historia en sí tampoco engancha. Me pareció débil, sin consistencia y la única relación con la obra de Howard (salvo el propio Conan) es la referencia a Acheron de “La hora del dragón”.

En lo relativo a los personajes, pienso que Momoa encarna mejor a Conan que Schwarzenegger. Este último me parecía demasiado musculado en detrimento de la agilidad y rapidez que Howard le suponía a Conan. Momoa también le da al personaje una viveza que no vi en Schwarzenegger. En cuanto al resto, son todos nuevas creaciones a las que no he encontrado equivalente en los relatos originales. Particularmente, me defraudó mucho la escena de rito de madurez del joven Conan que describe la película de Nispel. Howard solo hace una referencia a matar un toro como paso necesario para ser hombre en la Cimeria natal de Conan (“Sombras en Zamboula”). Parece que al guionista esto le supo a poco y lo sustituyó por una matanza de salvajes (se supone que Pictos) a manos de un Conan-niño, bastante enclenque por otra parte. Supuestamente esto tampoco era lo suficientemente difícil y decidió que el niño en cuestión debía matar a todos los enemigos sin romper un huevo que llevaba en la boca. Obviamente, en una obra de este tipo no se busca que la audiencia se crea lo que ocurre pero esto me chirrió bastante; un toro hubiera estado mucho mejor.

En definitiva, Nispel ha hecho una película utilizando la figura de Conan como reclamo dejando pasar la oportunidad de dar a conocer el personaje más famoso de Howard que, bajo mi punto de vista, no solo es más interesante sino que corre aventuras mucho más divertidas y dignas de llevar al cine.

Curiosidades

La película de Milius de 1982 se desarrollaría en un futuro postapocalíptico tipo «Mad Max» y su banda sonora tendería al pop si se hubiera dejado vía libre al coguionista Oliver Stone y al productor Dino de Laurentiis.

Howard y Lovecraft se conocían e intercambiaban impresiones. Incluso sus obras a veces se parecen como es el caso de “Horror en el museo” de Lovecraft cuya trama y estilo podría encajar perfectamente en una aventura de Conan.

Por último, tres curiosidades relativas a los cómics. En la ilustración de la izquierda podemos ver a un Conan rubio mientras que en la de la derecha, parece un galán de Hollywood que acaba de dejar la chaqueta en el ropero en lugar de un bárbaro cimerio. La tercera imagen corresponde a la carta en la que Weird Tales rechaza la historia de “La hija del gigante de hielo” (una de mis preferidas) que encontré en http://www.sffaudio.com/?tag=conan.

Mercedes Cal González

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