Blog de Cine

Bienvenidos al Fin del Mundo (The World’s End) (2013)

Nota: 6

Director: Edgar Wright

Guión: Edgar Wright, Simon Pegg

Reparto: Simon Pegg, Nick Frost, Paddy Considine, Martin Freeman, Eddie Marsan, Rosamund Pike, David Bradley, Pierce Brosnan

Fotografía: Bill Pope

Duración: 109 Min.

El cine de Edgar Wright ha demostrado que la comedia independiente sigue teniendo cabida en el siglo XXI aportando un soplo de aire fresco a un género algo muerto desde que Kevin Smith y Tom DiCillo perdieron el fuelle. Ya antes de la hilarante Zombies Party demostró su talento con Spaced, una ingeniosa serie de bajo presupuesto en la que su actor fetiche Simon Pegg encarnaba a un escritor de cómics frustrado. El sarcasmo, el humor surrealista y las continuas referencias a la cultura pop marcarían sus largometrajes a posteriori y reclamarían el interés de una audiencia joven en busca de nuevas fórmulas, entre la que se encuentra un servidor.

Esa originalidad quedó más que patente con la adaptación de Scott Pilgrim vs. the World a base de un montaje insólito, efectos de videojuego y una completa vuelta a la tortilla a la clásica comedia adolescente. Supo ganarse al público demostrando que hasta el más clásico argumento de romances en el instituto podía resultar atractivo elevando el énfasis de los diálogos y jugando con la ornamentación de los planos cortos, desviando de este modo la atención a la historia en pos del efectismo.

En Bienvenidos al fin del mundo regresa a sus comedias británicas de personajes mundanos y pueblos pequeños. Gente de a pie de calle que de la forma más casual se encuentra metida en un lío absurdo y la bizarrada se hace dueña del conflicto. Simon Pegg repite traje de protagonista interpretando a Gary King, un macarra cuarentón con síndrome de Peter Pan que se niega a aceptar el paso del tiempo y a formar parte del esclavo ciclo del trabajo y las facturas. Echa de menos los años en los que se ponía ciego a cerveza en las tabernas junto a sus compañeros de faena. Amigos que ya peinan canas, algunos adinerados, casados y con hijos, y que ya residen en Londres lejos de la aldea donde crecieron. Por eso no les cuesta demasiado decidirse cuando King les propone pasar allí una noche a la antigua a condición de superar un reto: doce pubs, doce pintas. ¿Lo conseguirán?

De semejante dosis de alcohol solo puedes esperar un desmadre a la americana digno de las películas gamberras que nos llegan desde el otro continente. Pero esto es Inglaterra, país de moderación, puntualidad, civismo… Edgar Wright se burla de todo ese rollo british lanzando el mensaje de que el entretenimiento no debe responder a edades ni posiciones. Acierta poniendo en la balanza a personajes opuestos en una continua conversación que avanza a medida que la espumosa hace su trabajo. Esto permite que tanto jóvenes como adultos consigan identificarse con el diálogo mientras pasan un buen rato, aunque llegado el momento de la ciencia ficción la disparatada historia comience a desinflarse.

Más allá de la fantasía y de la parálisis facial de Martin Freeman, la cinta peca al dejar que los efectos especiales desvíen el buen camino del guión hacia el anarquismo. Si bien la idea es original, el conjunto se desmonta entre tanta acción, chistes fáciles y un Apocalipsis que sorprende por sus desvaríos. Por suerte Nick Frost acapara suficiente protagonismo para lograr que las casi dos horas se nos pasen volando entre cervezas y explosiones, y que la trilogía del Cornetto quede sellada con la misma excentricidad con la que empezó. (Atentos porque esta vez el helado no es tan fácil de encontrar).

Manuel Sueiro

Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , ,

1 Comentario

  1. Es la mitica pelicula para ver un domingo a la tarde con unos amigos y reirte un poco.Tiene un buen argumento pero aun asi no me convence mucho para ir al cine.