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De Repente, el Último Verano (Suddenly, Last Summer) (1959)

Nota: 9

Dirección: Joseph L. Mankiewicz

Guión: Gore Vidal, adaptación de una obra de Tennessee Williams

Reparto: Elizabeth Taylor, Katharine Hepburn y Montgomery Clift

Fotografía: Jack Hidyard

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

Manckiewicz era un director eminentemente de diálogos, pero en ocasiones, era capaz de crear obras igualmente poderosas desde el punto de vista estético; «De Repente el Ultimo Verano» es un claro ejemplo de ello. Su guión, basado en una obra de Tennessee Williams, es de una potencia desgarradora; y sus personajes, en lugar de palabras, escupen dardos envenenados como suele ocurrir en los textos del mítico dramaturgo americano. Cuando terminas de ver esta película, tienes la absoluta certeza de que algunas de sus imágenes, ya sean narradas o simplemente imaginadas, nunca te abandonarán.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

Argumento: Catherine (Elizabeth Taylor) está encerrada en una institución psiquiátrica desde la muerte de su primo, Sebastian, en circunstancias desconocidas. Violet (Katherine Hepburn), madre de Sebastián y tía de Catherine, es una mujer tremendamente acaudalada y quiere que el Doctor Crukowicz (Montgomery Clifft), un reconocido psiquiatra, practique una técnica experimental (y aun muy arriesgada) a su sobrina; a cambio de esto, promete una jugosa donación al director del centro donde el Doctor trabaja.

«Suddenly, Last Summer» es un manual perfecto sobre cómo intentar escapar de una obsesión, o como aferrarse a ella, dependiendo del punto de vista del personaje en cuestión. Pero quedarse con esta lectura sería subestimar el film de Manckiewicz, ya que además, ofrece una galería de miserias humanas en las que aquellos que no practiquen el autoengaño, podrán verse reflejados en mayor o menor medida.

«De Repente el Ultimo Verano» es un homenaje al olvido, a través de un personaje como el de Hepburn, que emplea las escasas fuerzas que le restan en recordar el pasado, a su manera; al recuerdo, ese al que Catherine no consigue acceder y que su subconsciente bloquea en defensa propia; a la verdad, representada por un doctor, que intenta equilibrar la balanza de la realidad entre dos espectadoras demasiado parciales como para ser dignas de confianza.

Y en el centro de la tormenta, Sebastián, un personaje fascinante, al que no conocemos físicamente, pero del cual obtenemos una radiografía pormenorizada a lo largo del metraje: un joven sobre el que planea la sombra de una homosexualidad hasta el momento latente, y de la cual nadie quiere hablar abiertamente; que desafía a Dios y quizás es castigado por ello; que se deshace de la compañía de su madre cuando atraer y mirar cuerpos bonitos deja de ser suficiente, y dar un paso mas se hace imposible en su presencia . El doctor Crukowicz, magníficamente interpretado por Clifft, logra convertirse en canalizador de todos los temores y recuerdos sobre Sebastian, secuestrados en las mentes de las dos mujeres de su vida, desde el ultimo verano.

No hay calificativo que pueda describir la interpretación de Katherine Hepburn en esta película; su retrato de una madre, obsesionada por el recuerdo de su hijo fallecido, es enfermizo e inolvidable, al igual que lo es la forma en que relata al doctor todo lo sucedido, con la mirada perdida, como si no quisiera regresar de ese último verano. No menos fascinante es la interpretación de Montgomery Clifft, cuya mirada sería capaz de hacernos desvelar nuestros secretos mas recónditos.

«De Repente el Ultimo Verano» es una obra capital en la historia del cine y como tal debemos observarla. Manckiewicz, con la inestimable ayuda del texto de Williams, consigue que Sebastian pase a formar parte de nuestra iconografía cinematográfica.¿Que hubiese pasado si hubiésemos llegado a conocerle?

Carlos Fernández Castro

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