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Encadenados (Notorious) (1946)

Nota: 10

Dirección: Alfred Hitchcock

Guión: Ben hecht

Reparto: Cary Grant, Ingrid Bergman, Claude Rains, Louis Calhern, Leopoldine Konstantin

Fotografía: Ted Tetzlaff

Amor disfrazado de espionaje

En los tiempos gloriosos de la revista Cahiers du Cinema, críticos como Truffaut y Godard intentaron mostrar al mundo, mediante numerosos artículos,  que Sir Alfred Hitchcock no era un director de cine de palomitas. Hasta ese momento, nadie se había tomado en serio al director de «Rebecca» o «La Soga» (The Rope), echándole en cara su obsesión por la taquilla y banalizando el contenido de sus obras. A día de hoy, el reconocimiento logrado hacia la obra de Hitchcok mediante los artículos anteriormente citados, parece haberse desvanecido y muchos siguen refiriéndose al genial autor británico como «El Maestro del Suspense», término que se queda muy corto si buceamos en su extensa filmografía. Como muestra, «Encadenados», una película de amor, enmarcada en una trama de espionaje.

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El Argumento

Alicia Hubermann (Ingrid Bergman) acaba de asistir a un juicio, en el que su padre, un espía nazi, ha sido condenado por alta traición a los Estados Unidos tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un momento complicado por tratarse de su padre, aunque también supone un cierto alivio ya que nunca estuvo de acuerdo con sus actividades e ideología. Poco después de este acontecimiento, asiste a una fiesta, donde conoce a Devlin (Cary Grant), un desconocido hacia el que siente una instantánea atracción. Al concluir la fiesta, Devlin desvela su pertenencia al Servicio de Inteligencia Americano, y Alicia muestra desprecio ante su condición. Al día siguiente Devlin, sirviéndose de cierta información que posee a cerca de Alicia, le pide que le ayude a desmantelar una red de espionaje nazi liderada por un antiguo conocido de ella y de su padre, Alexander Sebastian (Claude Rains).

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Macguffin

A Hitchcock nunca le gustó seguir las reglas, ya fuera en el desarrollo de sus argumentos, en el comportamiento de sus personajes o en el tratamiento de los temas que abordaba. En esta película lo demuestra claramente mediante la utilización de lo que él llamaba el Macguffin. Lo que interesa realmente al director en «Encadenados» es narrar la historia de amor entre Grant y Bergman, la cual podría haber mostrado con descaro, eliminando cualquier otra línea argumental que desviara la atención del espectador. Sin embargo, no solo evita ésto mediante la inclusión de la trama de espionaje, que ni siquiera se molesta en elaborar minuciosamente, sino que dota de una mayor intensidad al romance entre los dos protagonistas. La fórmula es la siguiente: plantea el encuentro entre dos personas que se atraen desde el primer momento, les facilita un entorno en el cual enamorarse y acto seguido, plantea todo tipo de obstáculos que hacen la relación prácticamente imposible.

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Una alianza perfecta

Para contar esta historia hacía falta un guión muy preciso y una construcción de personajes muy sólida. Hitchcock, consciente de ello, se hizo con los servicios de uno de los mejores guionistas de Hollywood, Ben Hetch. El saber hacer de Hecht queda patente en muchos momentos del guión, en los que el director británico necesita dar a entender acontecimientos que no suceden delante de la cámara, pero que son de una importancia capital. En los siguientes párrafos citaremos varias muestras de la inteligencia en la escritura del guión.

Un claro ejemplo es la conversación que Devlin y Alicia mantienen en una terraza de Rio, antes de recibir las órdenes definitivas de sus superiores. Ella se muestra orgullosa por no pedir otra copa de alcohol al camarero, intentando mostrar al personaje interpretado por Grant que se ha rehabilitado, y él responde diciendo que ocho días sin beber no son gran cosa. Tan sólo una frase y sabemos que llevan ocho días en Rio, en los que se han ido conociendo y ha ido surgiendo algo muy especial entre ellos. De esta manera evita tener que desarrollar la relación, ya que realmente es algo que no va a aportar mucho al espectador, y consigue mantener el ritmo. Desde estos primeros minutos de metraje, se muestran las herramientas que van a ser utilizadas recurrentemente por el guionista para mantener el conflicto entre la pareja: el alcohol y la testarudez de Devlin al pensar que una persona no puede cambiar.

Disfrutamos de otro gran acierto en la escritura del guión cuando Devlin es informado de cómo van a utilizar a Alicia para desmantelar la red de espionaje. Éste cambia su actitud por completo. Pasamos de una secuencia de acaramelamiento completo en la habitación del hotel a otra angustiosa, en la que Devlin, con el corazón en un puño, vuelve de la reunión con sus jefes para explicar a Bergman en qué va a consistir su misión. Es entre estas dos secuencias donde Hecht muestra su genialidad, escribiendo una conversación entre Prescott, Jefe del Servicio de Inteligencia en Rio, y Devlin, merced a la cual el espectador recibe las primeras señales del enamoramiento de éste último en forma de indignación. De hecho, los problemas para expresar los sentimientos del protagonista aportan un gran dramatismo a la historia de amor.  Hecht siempre escribe las líneas en las que Devlin deja entrever sus sentimientos en situaciones en que Alicia no esta a su lado y casi siempre en presencia de personajes que desconocen su estado emocional.

El libreto define las personalidades de los protagonistas como pocos. Mientras que en los encuentros intermitentes entre ambos, Alicia le recrimina a Dev que si tan solo se lo hubiese pedido, ella no hubiera aceptado el cometido de enamorar a otro hombre por patriotismo, Devlin responde con una aparente indiferencia, argumentando que ella es lo suficientemente adulta para tomar decisiones. Cada una de estas muestras de desprecio empujan al personaje de Bergman a querer avanzar en su relación con Sebastian (Claude Rains), intentando provocar una reacción en Devlin, convencida de que su amor es correspondido.  De este modo Hitchcock consigue dos propósitos: tensar cada vez más la relación entre ambos y hacer avanzar la trama.

Seamos claros, Hecht y Hitchcock nos engañan desde el principio planteándonos una historia de espías, para contarnos una historia de amor. Para ello utilizan al personaje interpretado por Bergman. En un principio, accede a participar en la misión por patriotismo, pero según avanza la trama cambia su motivación. Continua obedeciendo las órdenes que recibe de sus superiores con el único propósito de recuperar al hombre del que esta enamorada.

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Hitchcock el planificador

Sir Alfred, gran conocedor de los mecanismos de la mente humana, sabía imprimir una gran tensión en sus narraciones. En «Encadenados» consigue este efecto a través de una llave y unas botellas de champagne.

En ambos casos el planteamiento es la clave. La utilización del primer objeto entra en juego desde el momento en que Alicia se instala en la casa de Alexander Sebastian y descubre una cerradura para la que no tiene llave. Debe conseguirla a toda costa y eso implica tener que quitársela a su marido sin que éste se percate de su maniobra. La secuencia en que ésto sucede está planificada a la perfección por el director británico. Alicia podría haber encontrado el llavero y haber sustraído la llave sin mas. Hitchcock nos ofrece algo mucho más impactante, jugando con la acechadora sombra de Sebastian, procedente de sus movimientos en la habitación contigua, mientras su esposa realiza dicha acción. Pero no es suficiente para el orondo director inglés. La llave queda en la mano derecha de Alicia; Sebastian toma su mano izquierda, la besa y en el momento que pretende hacer lo mismo con la derecha, ella le abraza apasionadamente, aprovechando el momento para arrojar la llave al suelo.

En cuanto a las botellas, también contribuyen a generar situaciones conflictivas que hacen evolucionar el argumento. Nuevamente Hitchcock utiliza el objeto de una manera progresiva para conseguir el máximo efecto en el momento adecuado. Presenta las botellas en la primera cena a la que asiste su flamante esposa. En ese momento se genera un malentendido entre los invitados al percatarse de la inadecuada presencia de unas botellas que, a priori, solo deberían contener champagne. Estaríamos ante un suceso irrelevante si en el salón no estuviera presente una colaboradora del Servicio de Inteligencia Americano de incógnito.

De este modo conocemos la importancia de que los personajes interpretados por Grant y Bergman puedan acceder a la bodega antes de que se acaben las botellas servidas en la fiesta, lo cual provocaría que Sebastian descubriera que le falta una llave en su bolsillo. Es en estos planos en los que ambos elementos, tras una previa y brillante planificación a lo largo de la primera mitad del film, logran provocar los momentos mas inquietantes del argumento.

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Detalles

Los detalles son muy importantes en el cine de Hitchcock a la hora de facilitar información al espectador. No es coincidencia que mantenga un atípicamente largo primer plano de la cerradura correspondiente a la bodega. Gracias a la duración del mismo, podemos leer la marca: UNICA, lo cual nos ayuda a identificar la llave que la protagonista tiene que conseguir. Tampoco son casuales los numerosos planos que nos muestran el cubo con las botellas restantes de champagne durante la fiesta final. Ayudado por un magnifico montaje, logran generar una inquietud casi insoportable. Así mismo, cuando Sebastian se dirige a la bodega junto a su mayordomo, la cámara espera en posición fija su llegada, hasta quedar en plano tan sólo su mano sosteniendo las llaves. Repentinamente cambia de decisión, pero solo él y los espectadores saben por qué. Por último, debemos prestar especial atención a los besos. A lo largo de todo el metraje no encontraremos un solo plano en que Alicia de un beso en la boca a Sebastian, mientras que los besos con Devlin son siempre apasionados, llegando a límites casi bochornosos, como el que protagoniza la pareja justo antes de saber en que va a consistir la misión del personaje de Bergman. En defensa de Hitchcock comentare que la duración de éste es un claro desafío a la censura de la época, que no permitía éstas muestras de pasión si alcanzaban una determinada duración, por muy absurdo que parezca.

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Lugares Comunes

Hitchcock utilizaba sus obras para dar rienda suelta a sus obsesiones y  «Encadenados» es un claro ejemplo de esta afirmación.

Tal y como repetiría de manera mítica en «Con la Muerte en los Talones» (North by Northwest), el director británico tenía predilección por los espacios abiertos a la hora de provocar sensación de peligro y angustia. Es así como planifica todas las reuniones entre Devlin y Alicia, siempre rodeados de gente, contrariamente a la práctica de la época. Amante de los retos como era, conseguía impregnar de tensión los encuentros entre sus dos protagonistas mediante la utilización del contexto en que éstos se hallaban, sin identificar el peligro en una persona o lugar determinado. Supuestamente no habría ningun problema en que dos enamorados hablasen de su relación en un parque, en una carrera de caballos o en una fiesta, pero esa no identificación de un peligro al acecho es la que hace que Devlin inste a su amada a no hablar del tema por miedo a ser descubiertos. Ella siempre aprovecha la ocasión para recriminarle, intentar hacerle reaccionar, suplicarle que le diga que le quiere, pero él, llevado por su profesionalidad, celos, prejuicios y orgullo evita esa clase de diálogo para desesperación del espectador. Evidentemente, la eficacia de todas estas difíciles situaciones perderían toda su efectividad si Hitchcock no contara con dos de los mejores actores de la historia del cine: Cary Grant (también presente en otras peliculas del director como «Sospecha» y «Con la Muerte en los Talones» y «Atrapa un Ladrón») e Ingrid Bergman.

La figura de la «Madre Castradora» esta especialmente lograda en esta cinta y es un factor común en varias obras del cineasta, como observamos en «Psicosis» (Psycho) y «Los Pájaros» (The Birds). Leopoldine Konstantin realiza una interpretación magnífica; especialmente en su primer encuentro con Alicia, rodado con gran habilidad mediante un plano fijo en el que la vemos bajar las escaleras y avanzar a cámara hasta quedar en primer plano. Deja claro, gracias a su expresividad y al texto, qué tipo de persona es. No puedo dejar pasar este momento sin comentar el plano en que un magnifico Claude Rains le confiesa que su mujer es una espía. Ella, recién levantada, enciende un cigarro con una expresión de victoria en su cara, demostrando quien lleva los pantalones en la familia.

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El Plano

Podría escoger el plano de presentación de Devlin de espaldas a la cámara o el portentoso último plano de la película, pero a pesar de su brillantez formal, no superan el impacto que me sigue causando el plano inicial de la fiesta que Sebastian ofrece en su casa. La cámara, partiendo de un plano general de todos los invitados, desciende lentamente en dirección a Ingrid Bergman, para acabar en un primer plano de su mano cerrada, que se abre pausadamente para mostrar la llave que abre la bodega.

En definitiva, estamos ante una obra maestra absoluta del séptimo arte. Imprescindible.

Carlos Fernández Castro

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5 Comentarios

  1. Increíble. Sin duda la película te hace meterte en la espiral y quedar atrapado en las dos tramas que se solapan, aunque desde mi punto de vista, la historia de amor está contada de una manera sublime, permitiendo así la implicación emocional por parte del espectador. Tras leer el estudio caes en la cuenta de porqué la película te mantiene en una tensión inaguantable de principio a fin. Todo, hasta el último detalle, parece estar más que medido.
    Muy buena explicación, desglose y análisis de los puntos importantes e interesantes del film. Sobre todo para los que no somos tan eruditos en esto. Gracias.

    • Sí, la verdad es que la película cuenta con un engranaje perfecto que cuadra al milímetro. A parte, en esta obra Hitchcock está más juguetón que nunca en el aspecto técnico. No quiero ni imaginarme las tomas que le habrá llevado rodar de manera tan magistral el famoso plano de la llave en la fiesta o los planos que representan la resaca de Bergman tras su borrachera. También se esmera en la presentación de los personajes. Ese primer plano de Cary Grant de espaldas a cámara o la primera vez que vemos a la madre de Sebastian segun baja las escaleras, aproximándose a la cámara hasta acabar en primer plano para saludar y empezar a hacer preguntas impertinentes e incisivas a Bergman. Muy grande

  2. Efectivamente una obra de arte, con que poco se puede hacer tanto, claro esos pedazos de actores y director.
    Cuantas películas posteriores han usado argumentos, escenas y tramas para dar un toque de calidad a sus largometrajes,no tengo muy buena memoría , pero son muchas las películas que han añadido la escena del hipodromo donde se encuentran Grant y Bergman a escondidas entre tanta gente, por Dios cuantas??, por lo que es un claro ejemplo de que ha creado tendencía.

    Seguramente haya más escenas de Encadenados en la que se ve el influjo de Hitchcock reflejado en otras muchas películas, durante decádas y hasta la actualidad.

    Gracias por la recomendación.Seguiré deborando las otras recomendaciones.

    • Hablar de Hitchcock es sinónimo de genio. «Notorious» es una de mis películas favoritas del director británico junto a «Con la Muerte en los Talones» (North by Northwest) y «Vértigo», aunque sería injusto citar unicamente estas tres. «Rebecca» es una película de misterio apasionante. «Sospecha» (Suspicion) es una mezcla perfecta de comedia y suspense. «La Ventana Indiscreta» es una lección de como hacer cine autolimitando tus recursos como director. Y podría seguir con «Los Pájaros» (The Birds), «Psicosis» (Psycho), «La Soga» (The Rope), «Marnie la Ladrona» (Marnie), «Extraños en un Tren» (Stranger on a Train)…….

  3. Excelente la nota. Me quedé pensando sobre todo en el planteo inicial de que en esta película Hitchcock narra una historia de amor y que sería reduccionista catalogar al director inglés como un creador de cine de suspenso o meramente policial (je, esto último lo desprendo yo de tus afirmaciones).
    Tenés razón en que las películas de Hitchcock son más que policiales o «películas de suspenso» como se las conoce a partir de él. A mi me hacen acordar un poco a los cuentos policiales de Poe, que cuando los escribía no sé si los pensaba como policiales tal como se concibieron después. Poe los enmarcaba dentro del fantástico y el terror que eran su especialidad. En el fondo, eran también historias extraordinarias y aterradoras, curiosas variantes que encontró el escritor de esos géneros tal vez más comunes para la época.
    Con Hitchcock pasa algo similar. El género policial cinematográfico, que luego se establece con una estructura precisa y hasta convencional, con Hitchcock todavía estaba buscando su forma. Se encontraba en un período exploratorio. Es cierto que la historia de amor tiene mucha preponderancia en Encadenados, aunque es algo que ocurre en casi todos los buenos policiales. De hecho, lo que causa dramatismo es la situación de peligro que atraviesa la mujer de la pareja y entonces el hombre debe intervenir aún poniendo en riesgo su propia vida para salvarla. Es una fórmula clásica del cine de muchos otros géneros también. Tal vez lo que haga policiales a las películas de Hitchcock sea eso que vos llamás capacidad de «imprimir una gran tensión en sus narraciones» y que la teoría cinematográfica llamó suspenso. También hablás de sus profundos conocimientos en psicología humana, donde yo veo los orígenes del thriller psicológico moderno. En fin, creo que Hitchcok es uno de los mayores inventores del género policial para cine, aunque coincido con vos en que en realidad es mucho más que un mero narrador de policiales.