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La Evasión (Le Trou) (1960)

Nota: 10

Dirección: Jacques Becker

Guión: Jose Giovanni, Jacques Becker, Jean Aurel (Novela: Jose Giovanni)

Reparto: Philippe Leroy, Marc Michel, Michel Constantin, Jean Kéraudy

Fotografía: Ghislain Cloquet

Música: Philippe Arthuys

Duración: 113 min

Todo el que lea habitualmente Bandeja de Plata sabrá que tengo predilección por el cine norteamericano; pero predilección no es sinónimo de ceguera. Explorar otros cines implica encontrar diferentes acercamientos a temáticas recurrentes que determinadas cinematografías ya no son capaces de abordar con frescura y originalidad. Es el caso de los dramas carcelarios; «El Hombre de Alcatraz» de John Frankenheimer, «La Fuga de Alcatraz» de Don Siegel, «Cadena Perpetua» de Frank Darabont, «La Gran Evasión» de John Sturges, «La Leyenda del Indomable» de Stuart Rosenberg…todas ellas abordaron el tema con mayor o menor acierto, y dispusieron para ello de más o menos recursos económicos; pero ninguna de ellas lo hizo con la sencillez y economía de medios con que Jacques Becker rodó «La Evasión».

El resultado es una experiencia totalmente diferente y mucho mas satisfactoria que la ofrecida por las obras anteriormente mencionadas; y no sólo desde el punto de vista técnico, sino también desde una perspectiva meramente lúdica. El cineasta francés se sirve de una celda, varios pasadizos, diversos utensilios metálicos y cinco protagonistas para poner en marcha una película que funciona a varios niveles, consiguiendo que un trabajo magistral y verdaderamente complejo parezca sencillo en su ejecución.

Jacques Becker prescinde de artificios que despisten al espectador, sabedor de la interesante historia que tiene entre manos -sencilla y directa, pero repleta de afluentes que la enriquecen-, y los carismáticos personajes que la protagonizan. El objetivo: escaparse de un prisión; los medios: piezas de hierro que cumplan la función de picos y una serie de ingeniosos inventos que permitan llevar a cabo tan complicada hazaña. Dónde otros cineastas se centraban en los pormenores del plan de fuga y en los enfrentamientos de los protagonistas con determinados presos conflictivos, Becker se dedica a profundizar en sus personajes; y no solo como individuos autónomos, sino como miembros de un grupo que persiguen el mismo objetivo, y entre los que han surgido lazos afectivos que el guión insinúa con gran sensibilidad.

«La Evasión» no es la típica película en que un «macho alfa» cualquiera lidera un grupo de presidiarios para escapar de una prisión de máxima seguridad del modo más espectacular posible, sino un film que no juzga a sus personajes, que no intenta justificar su privación de libertad, que no explica sus antecedentes. «La Evasión» habla sobre camaradería, lealtad y solidaridad de una manera brillante; pero también analiza los dilemas morales que pueden surgir cuando el destino contrapone el bien de un grupo frente al de un individuo que pertenece al mismo.

Resulta increíble el dinamismo de la puesta en escena, teniendo en cuenta que gran parte del metraje transcurre entre cuatro paredes; el director lo resuelve a través de una planificación milimétrica, basada en rápidas panorámicas y precisos movimientos de cámara que exhiben un portentoso dominio del espacio.

Es determinante el tratamiento que Becker dispensa al día a día en el centro penitenciario, revistiéndolo de realismo y sembrándolo de numerosos detalles aparentemente banales pero fundamentales a la hora de imprimir credibilidad al conjunto. También ayuda la construcción de unos personajes distanciados de los estereotipos, que interactúan como tipos corrientes; en este sentido, el cineasta francés escapa de la linealidad, dispensando un trato distinto a los cuatro habitantes originarios de la celda, de los cuales conocemos bien poco a parte de sus intenciones actuales, que al recién llegado, cuyos antecedentes van a ser revelados por el director y al que le cuesta entrar en la dinámica de sus anfitriones.

Nada es casual en «La Evasión»; desde todas y cada una de sus líneas de diálogo, pasando por sus planos más o menos prolongados (esos interminables golpes al suelo de la celda que no acaba de romperse transmiten la ansiedad y desesperación de quien los infringe), hasta los portentosos y fascinantes giros de guión en el último tercio del metraje que convierten esta película en una experiencia inolvidable.

A pesar de que sus 113 minutos de metraje puedan resultar excesivos, teniendo el contexto en el que se desarrollan, Jacques Becker es capaz de mantener la intensidad en todo momento y captar la atención del espectador sin importar cuantos dramas carcelarios haya visto y lo poco que le atraiga el tema en un principio. «La Evasión» es una obra única y como tal provoca reacciones inesperadas y sumamente satisfactorias.

Carlos Fernández Castro

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1 Comentario

  1. Esta película se encuentra entre mis diez favoritas de siempre. Encuentro magnífica tu crítica y aprovecho para daros la enhorabuena por vuestro blog, sin duda, uno de mis predilectos.