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Falling Skies y Wilfred primeros fiascos veraniegos

Reconozco que las series de la temporada veraniega tenían el listón muy alto. Sus antecesoras en la parrilla televisiva, en especial «The Killing», «Treme» y «Juego de Tronos», han alcanzado un nivel muy alto, cada una de ellas con un estilo propio y temáticas muy diferentes, pero sin duda han logrado captarme como fiel seguidor.

Cuando hablamos de las series que venían para la época estival hubo dos que llamaron mi atención al margen, claro esta, de la consagradísima «Breaking Bad»: por un lado, la esperada producción de Spielberg «Falling Skies» y por otro, la serie protagonizada por Elijah Wood «Wilfred». En cuanto a la primera, mis pretensiones no iban más allá del mero entretenimiento; la típica serie para pasar el rato: extraterrestres que llegan a la tierra y destruyen todo a su paso mientras los pobres terrícolas, en inferioridad tecnológica, luchan por mandarles de vuelta al espacio. Además se unía el aliciente de estar producida por Steven Spielberg, culpable de muchas de las películas con las que mejor me lo he pasado. En cuanto a la segunda, la idea de partida me pareció fresca e innovadora; basada en una serie australiana, Wilfred trata la relación entre un hombre (Elijah Wood) y un perro que es visto por el primero como una persona disfrazada de ese animal. Las esperanzas y expectativas puestas en ambas series se han visto frustradas totalmente. Vayamos por partes:

«Falling Skies»

El proyecto concebido por Spielberg y Rodat Robert («Salvar al saldado Ryan») y producida por Graham Yost («Justified») es un revoltijo de tópicos y situaciones más que previsibles. La historia comienza meses después  de que los alienígenas hayan invadido la tierra creando el terror y el caos entre la población superviviente. Así surge un movimiento de resistencia «anti-aliens» que será el centro de la acción de la serie. Dentro de esta resistencia encontramos militares rudos y de con mal carácter y civiles. Entre estos últimos se cuenta el personaje principal de «Falling Skies» Tom (Noah Wyle), un profesor de historia que se convierte, así sin mucha explicación, en una especie de Rambo erudito, que aburre al resto de compañeros de armas con citas históricas de grandes batallas. Tom , viudo desde el ataque inicial, está buscando a un hijo que ha sido secuestrado por los invasores con fines desconocidos (hasta el momento). Es ayudado por su hijo mayor Hal  (Drew Roy) con el que mantiene la típica relación de padre e hijo rebelde adolescente (lo nunca visto, vamos). Con tan sólo tres episodios las situaciones creadas para el desarrollo de la historia se han repetido en varias ocasiones, dando vueltas sobre lo mismo sin mucho sentido.  Todo es tedioso y sin interés por visto miles de veces antes y mejor.

Pese a estar realizada por Dreamworks, la más que evidente falta de medios hacen que «Falling Skies» sea una serie más cercana a una revisión cutre de «Indepence Day» que a una actualización del espíritu de «Battlestar Galáctica« que juega diez ligas por encima de este refrito de obviedades pasadas de moda. Desde luego el amigo Spielberg se ha cubierto de gloria con la serie.

«Wilfred»

La cadena de televisión FX cuenta entre sus series con algunas de las grandes del momento: «Sons of Anarchy» y «Justified» están más que consagradas y ocupan siempre puestos privilegiados entre los gustos tanto de crítica como de público. Por eso, cuando vi el anuncio de su nueva apuesta pensé (iluso de mí) que estábamos ante la comedia del verano.

En la serie nos encontramos con Ryan (Elijah Wood) la noche en la que decide suicidarse ingiriendo un frasco de pastillas (más tarde nos aclaran que eran un placebo que le había dado su hermana). Después de una noche frenética en la que espera con verdadera impaciencia la llegada de la muerte, aparece su vecina en la puerta de su casa pidiéndole que cuide durante unas horas de su perro. La vecina, por supuesto, es una chica feísima con bigote frutero… Donde el resto del mundo ve un perro callejero a cuatro patas, Ryan ve un hombre disfrazado que anda erguido, con acento australiano, desagradable, bebedor  y fumador que, al cabo de poco tiempo, se convierte en una especie de Pepito Grillo macarra de Ryan.

«Wilfred» se desvanece como una aspirina al tocar el agua. Lo que en un primer momento parece fresco y rompedor se convierte en tosco y sin gracia. Hacer reír, como hemos dicho tantas veces, es muy complicado y hacerlo a base de ser supuestamente subversivo más todavía. El humor en la serie ( no me he reído ni una vez en los tres capítulos emitidos) juega con las situaciones vergonzosas o chocantes a las que el perro somete a Ryan que sigue fielmente.

Ante este panorama tan desolador, la llegada de la cuarta temporada  de «Breaking Bad» es el maná tras la sequía.

1 Comentario

  1. Discrepo con tu critica a wilfred, me hizo reir mucho a mi y mi familia