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A Serbian Film (2010), una Triste Provocación

A pesar de haberlo intentado concienzudamente, no he logrado recordar una película que me haya dejado el mismo sabor de boca que «A Serbian Film»; todavía no consigo dar con las palabras que puedan describir las sensaciones que me han provocado sus imágenes. Rechazo, asco, repulsión, incredulidad, espanto, terror, podrían ser algunas de ellas, pero se me antojan demasiado suaves. Cuando fue exhibida en el Festival de Sitges, numerosos comentarios denunciaron su contenido sexual y violento, y a día de hoy, el presidente del Festival ha sido imputado por un presunto delito de exhibición de pornografía infantil. Después de haberla visto, es fácil entender la polémica que se ha creado en torno a ella.

No merece la pena hablar sobre el trabajo de Srdjan Spasojevic, director del film, ya que en todo momento demuestra una incapacidad absoluta para la narración cinematográfica. Cuando no utiliza el sexo o la violencia para intentar escandalizar al espectador, muestra unas relaciones entre sus personajes absolutamente ridículas e irreales.

La simple existencia de «A Serbian Film» genera una serie de preguntas difíciles de obviar. El cine es ficción, pero ¿se puede mostrar en él todo lo que se quiera?. Si la respuesta es no, ¿dónde está el límite?. Continuamente se estrenan en salas de medio mundo películas de acción,  terror, bélicas, en las que sus personajes cometen todo tipo de crímenes y atrocidades, pero decidimos no escandalizarnos por ello. Es conveniente recordar que ni en el caso de «A Serbian Film» ni en el del resto de películas violentas lo que aparece en pantalla es real. Todo es simulado; en el polémico plano en cuestión es un muñeco es lo que aparece en pantalla, no un bebé.

Recientemente hablaba con un amigo sobre el tema y me comentaba que una muerte está justificada en una película de gangsters, porque estos sujetos matan para mantener el poder que ostentan y su nivel de vida. Pero, francamente, no paramos de ver cómo en películas de este género se cometen asesinatos porque sí, por placer, injustificados e innecesarios para alcanzar los objetivos anteriormente citados. En el caso de «A Serbian Film», la única justificación para que el personaje cometa la famosa violación de un recién nacido es una enfermedad mental galopante; no sólo porque lo haga, sino porque lo hace en nombre de la innovación. Es realmente despreciable e incomprensible que a alguien si se le ocurra rodar algo así. El problema es que a partir de ahora, habiendo rebasado el límite que separa la crítica de la condena legal, no sería descabellado leer en el periódico algo así como «el director del Festival de XXXX ha sido imputado por un presunto delito de exhibición de asesinato a sangre fría«. Absurdo, ¿verdad?.

En mi opinión, Angel Sala, Director del Festival de Sitges, es tan sólo culpable de tener un pésimo gusto, mientras que de Srdjan Spasojevic solo puedo sospechar que padece algún tipo de enfermedad mental incurable. Es lamentable que determinados «artistas» tengan que recurrir a la provocación barata y desagradable para que se hable de ellos, y así compensar la total ausencia de talento. Os recomiendo vehementemente que si tenéis la posibilidad de ver esta película, no lo hagáis. Yo lo he hecho para poder escribir este artículo y opinar sobre la polémica surgida, pero desearía no haberlo hecho. En fin, después de todo esto ¿qué tal si hablamos sobre hipocresía?.

Carlos Fernández Castro

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2 Comentarios

  1. Eso te pasa por verla…… quien te manda……..

    • La curiosidad espantó al cinéfilo.
      Para poder opinar, hay que conocer…ya sé, a veces sale muy caro.
      Un placer verte por aquí David.
      Un saludo.