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Grandes Películas…Sobrevaloradas: Gilda (1946)

Como gran amante del cine negro que soy, cada vez que se hace referencia a las grandes obras del género, no puedo evitar escandalizarme al ver entre ellas a “Gilda”; con el paso del tiempo, esta película se ha ido haciendo con un puesto de honor entre las grandes, que bien podría ser ocupado por otras obras mucho menos famosas, pero de una calidad superior. Afortunadamente, en mi lista tengo la última palabra, y no hay sitio para “Gilda”.

Este caso en cuestión es fácilmente explicable, aunque no por ello justificable. El famoso baile de Rita Hayworth, al son de “Put he Blame on Mame”, fue el responsable de la desmesurada repercusión que tuvo esta película. Supuestamente, la forma en que se desprende de los largos guantes que cubren sus brazos era excesivamente atrevida para la época; sin embargo, lo que resulta verdaderamente turbador es la invitación que hace al público a colaborar en su strip-tease, argumentando su falta de maña con las cremalleras.

Y precisamente éste es uno de los puntos donde flaquea “Gilda”. La cinta de Charles Vidor carece de la elegancia que caracterizaba a las mejores obras del cine negro americano de los 40 y los 50; los diálogos, en lugar de insinuar, muestran las intenciones  y pensamientos de los protagonistas sin dar lugar a interpretaciones; de este modo, no encontramos en ella las míticas replicas y contrarréplicas que sentaron cátedra en películas de Huston (El Halcón Maltés, La Burla del Diablo, Cayo Largo), Hawks (El Sueño Eterno, Tener y no Tener), Welles (La Dama de Shanghai) o Wilder (Perdición).

Un joven Glen Ford tampoco aporta gran cosa al conjunto. Con el paso del tiempo, mejoro ostensiblemente sus prestaciones, llegando a convertirse en un actor solvente y versátil (Deseos Humanos, Los Sobornados, El Tren de las 3:10). Desgraciadamente, estaba demasiado tierno para interpretar a Johnny Farrell, lo cual impidió que las relaciones entre los personajes protagonistas alcanzaran las cotas de tensión requeridas por una historia como la de «Gilda». A lo largo del metraje, tanto George Macready (Senderos de Gloria) como Rita Hayworth (La Dama de Shanghai) le dejan en evidencia en varios de los planos que comparten con él.

Y para que hablar del guión; su dudosa calidad queda patente en la confección y desarrollo de la trama en torno a Ballin Mundson (Macready) y los alemanes. Los diálogos entre el trío protagonista y el desenlace final alejan un poco más a esta película del buen camino, confirmando las sospechas, que tenemos desde un principio, de estar ante un clásico caso de «mucho ruido y pocas nueces». A pesar de los pesares, «Gilda» es una película que se deja ver y entretiene, a parte de contar con una gran presentación de su protagonista femenina, nada más.

Dirección: Charles Vidor

Guión: Marion Parsonnet (Historia: E. A. Ellington)

Reparto: Glenn Ford, Rita Hayworth, George Macready

Fotografía: Rudolph Maté

Música: Hugo Friedhofer

Carlos Fernández Castro

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4 Comentarios

  1. Estoy de acuerdo con que la incluyas: claro que es mala! el tema es que suelo creer que hay tres cateogrías de películas: las buenas, las malas y las intocables. Los clásicos SON intocables, nadie puede ser totalmente objetivo respecto a ellos porque están depositados en el imaginario de una manera incomparable. Es por esto que el cine con el que más me cuesta ser imparcial es con el del Hollywood clásico…no sé si lo amo por lo que otros me han contado que debo ver o porque me gusta lo que veo, hay como una mezcla de elementos.
    Sospecho que en cualquier momento voy a ver en tu lista «Algo para recordar», «Rebelde sin causa» y hasta «Cleopatra»…estaremos de acuerdo, pero me va a costar admitirlo!

  2. Hombre, me alegra ver que no soy el único que considera sobrevalorada a esta película. A mí Ford sí me convence, en cambio ese complot para dominar el mundo… Cierto lo de los diálogos, con tendencia a lo obvio y lo plano. En fin, hay veces que hay que ponerse iconoclasta.