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Dunkerque (Dunkirk, 2017)

Póster DunkerqueNota: 5

Dirección: Christopher Nolan

Guión: Christopher Nolan

Reparto: Fionn Whitehead, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Mark Rylance, Cillian Murphy, Barry Keoghan

Fotografía: Hoyte van Hoytema

Duración: 107 Min.

Hasta que se estrenó Dunkerque, el cine de Christopher Nolan se había caracterizado por sus aportaciones narrativas al séptimo arte. Sus películas sorprendían incluso a sus mas feroces detractores. Y cuando estas flirteaban con la normalidad, como era el caso de Insomnio (Insomnia, 2002) o El prestigio (The Prestige, 2006), lo hacían con el compromiso de fusionar el patio de butacas y la gran pantalla bajo una atmósfera subyugante. Pero eso fue antes del Brexit (nótese el tono jocoso). En su último trabajo, el británico se ha dejado conquistar por un sentimiento patriótico que le ha hecho renunciar a la pasión de sus anteriores propuestas, dando como resultado un drama bélico carente de sangre, sudor y lágrimas.

A pesar de su evidente interés, Dunkerque no acaba de explotar emocionalmente el hecho histórico que reproduce. Es posible que su principal problema radique en la construcción de los personajes, carente de toda profundidad y basada en el uso meramente instrumental de cada uno de los protagonistas. Ignorando el drama humano, Nolan parece obsesionado con guiar sus tres líneas argumentales hacia un clímax que no logra estremecer a un espectador distante y poco involucrado en la narración.

Dunkerque de Nolan

¿Acaso Nolan apuesta todas sus cartas al espectáculo visual? Si es así, el inglés fracasa en el intento, puesto que Dunkerque ni siquiera impacta por sus virtudes técnicas, notablemente inferiores a las exhibidas por otros títulos bélicos como Salvar al soldado Ryan o Black Hawk derribado. Por no hablar del aspecto interpretativo, en el que un buen puñado de actores se encuentran desamparados ante la frialdad de un guión erróneamente concebido para el lucimiento del director.

Los ojos Tom Hardy no sostienen el interés del interminable vuelo de un caza británico que, desde el aire, intenta salvaguardar la vida de unos compañeros atrapados entre la costa francesa y la amenaza del ejército alemán. Del mismo modo que el innegable carisma de Kenneth Branagh es insuficiente para compensar el tedio que precede la llegada de las embarcaciones civiles al rescate de un ejército desesperado. Y es que el alma que rebosan las páginas de historia relativas a la batalla de Dunkerque no hace acto de presencia a lo largo y ancho de este fallido homenaje.

Consciente o inconscientemente, el cineasta inglés satura sus secuencias con la omnipresente partitura de un Hans Zimmer que, ante la ineficacia de las imágenes, acomete la conquista del espectador mediante los pabellones auditivos. Mientras tanto, el bueno de Nolan lo fía todo al «salvamento en el último minuto», estrategia con la que Griffith deslumbró a principios del siglo pasado pero insuficiente para justificar el desarrollo argumental de una película en 2017. No obstante, se agradece la ausencia del enemigo físico, tan solo insinuada por explosiones e impactos de proyectiles de todo tipo, y la intención de evitar las típicas escenas bélicas basadas en la sobredosis de sangre y vísceras. Balance demasiado pobre para un cineasta que solía reinventar cada género que tocaba.

Carlos Fernández Castro

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1 Comentario

  1. Me parece muy justa la crítica. Salvo por la música que me ha parecido estupenda.
    Nolan da al espectador lo que éste parece querer hoy: pura imagen, efectos especiales. La subjetividad está de capa caída en el mundo en que vivimos. No pensemos, no nos ensuciemos con la sangre. Emocionémonos, que la emoción es lo único que cuenta.
    ¿Por qué los ingleses se empeñan ahora en que su cine se parezca al americano comercial?
    No es el cine que considero «mi cine». Aun así, me tuvo atenta todo el tiempo, me hizo pilotar un avión de combate y, cómo no, emocionarme en algún momento.
    Pero también me mantuvo lejos por esa ausencia de subjetividad que te impide identificarte con algún personaje.
    Como detalle jocoso: cuando en el espigón todos los soldados se agachan y se ciñen bien el casco en la cabeza ante un caza nazi, Kenneth Branagh se quita la gorra… ¡claro, es que si no, no hubiéramos visto que era él! (pedazo de presumido).