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El Buscavidas (The Hustler) (1961)

Nota: 10

Dirección: Robert Rossen

Guión: Robert Rossen, Sidney Carroll (Novela: Walter Tevis)

Reparto: Paul Newman, Piper Laurie, George C. Scott, Jackie Gleason

Fotografía: Eugene Shuftan

Siempre me han gustado los perdedores, no lo puedo evitar; C.C. Baxter (Jack Lemmon en «El Apartamento»), Joe Gillis (William Holden en «El Crepúsculo de los Dioses»), Randy Robinson (Mickey Rourke en «El Luchador»), y un sinfín de personajes que me conmueven profundamente y ocupan una posición privilegiada en mi lista de iconos cinematográficos. Pero si tuviera que quedarme con solo uno de ellos, no dudaría en escoger a Eddie Felson (interpretado por Paul Newman en «El Buscavidas»).

Quizás sea una cuestión de empatía; porque un perdedor como Eddie es más perdedor que otro cualquiera, aunque solo sea por todas las cualidades que atesora: aspecto de ganador, atractivo irresistible, el talento necesario para derrotar a cualquier adversario, la juventud para mantenerse en la cresta de la ola durante mucho tiempo…pero hay algo que Eddie no posee; algo intangible, que no se puede comprar, que distingue a un triunfador de un fracasado; algo a lo que podríamos llamar carácter.

El Gordo de Minesotta (Jackie Gleason) y Eddie Felson (Paul Newman) en El Buscavidas

Acertar en la elección del actor principal era determinante para el éxito de esta película; y Paul Newman respondió sobradamente a las expectativas, componiendo uno de sus mejores papeles -un personaje complejo y que hubiera sido tan fácil de odiar-, y proyectando en «Eddie el Rápido» cada uno de los aspectos señalados anteriormente, además de ese carisma con el que impregnaba a todos sus personajes.

Pero démosle al Cesar lo que es del Cesar; el máximo artífice de este milagro titulado «El Buscavidas» fue Robert Rossen, una víctima más del Comité de Actividades Antiamericanas, que tuvo que producir de manera independiente la mayor parte de sus películas como director (Cuerpo y Alma, El Político, El Buscavidas), después de haberse ganado el respeto de sus colegas como guionista de obras tan importantes como «Ellos no Olvidarán», «Los Violentos Años 20» o «El Extraño Amor de Martha Ivers».

Eddie (Paul Newman) y Sarah (Piper Laurie) en una escena de El Buscavidas

Y es que Robert Rossen tenía un talento especial para exponer las luces y sombras -sobre todo las sombras- de la naturaleza humana. Eddie Felson es el más claro ejemplo de ello; con tan solo una secuencia, el director de ascendencia rusa supo plasmar el fugaz ascenso a la cima y la fulminante caída al infierno mas abrasador de un tipo incapaz de asimilar las reglas no escritas del mundo en que vivía. La eterna partida de billar entre Fast Eddie y Minessotta Fats (Jackie Gleason) es una de las secuencias más aleccionadoras de la historia del cine, un manual infalible para saber cuando estás frente a un perdedor y poder derrotarle. La perfecta planificación del cineasta judío, su meticulosa dirección de actores y un tempo narrativo pluscuamperfecto envuelven el conjunto de un realismo y autenticidad difícilmente superables.

Pero «El Buscavidas» no se limita a retratar la desastrosa vida de Eddie Felson; Rossen, tan ambicioso como siempre, escribe un guión prodigioso, en el que da cabida a una galería de secundarios irrepetibles: el Gordo de Minessotta, Sarah Packard (Piper Laurie) -con la que Eddie vive una de las historias de amor más patéticas y destructivas jamás contadas-, y el gran George C. Scott -que interpreta  con una solidez apabullante a Bert Gordon, uno de esos personajes despreciables, que personifican la maldad como nadie, y nunca se olvidan-.

Paul Newman es Eddie Felson (Fast Eddie) en El Buscavidas

Como todas las obras maestras, «El Buscavidas» es una película en la que las miradas son tan protagonistas como los propios personajes; son esas miradas que hacen inolvidables los encuentros entre Eddie y Sarah, dos almas perdidas que buscan cobijo y comprensión en alguien de su propia calaña y que no hacen más que prolongar su caída libre a los infiernos del alcohol (siempre un J.T.S. Brown) y la desesperación; miradas que impiden que borres de tu memoria la forma en que Bert distingue un perdedor de un ganador. Porque como dice el personaje de George C. Scott en la película, todos tenemos talento para algo en la vida, solo hay que descubrir para qué; y Robert Rossen, entre otros muchos, sabía como obtener esas miradas de sus actores y utilizarlas en sus películas.

«El Buscavidas» siempre ha ocupado un puesto de lujo en mi TOP 10 particular y supongo que siempre lo hará. Cada uno de sus diálogos, cada uno de sus planos, cada uno de sus personajes, cada nota de su banda sonora -que describe el caótico estado de la  mente de Eddie-…y en definitiva, todo en ella, desprende genialidad; incluso la única diferencia existente entre los apodos de Eddie y El Gordo de Minessotta: Fats y Fast, las mismas dos consonantes, pero en orden invertido; porque a veces el orden de los factores sí altera el resultado.

Carlos Fernández Castro

http://youtu.be/RKRBXBDeDt4

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5 Comentarios

  1. Haciendo memoria de la película tras leer el artículo, se me ha ocurrido que hay una parte del film (la escena entre Paul Newman y Piper Laurie en el apartamento de ésta) que recuerda un poco al dormitorio de Belmondo y Jean Seberg en «Al final de la escapada». Una especie de remanso en medio de la tormenta.

    Magnífica película.

  2. Magnífica película. Gracias por compartir tu crítica analítica, muy buena.

    ¡Ah! Yo también siento gran empatía por los perdedores, y por éste especialmente.

  3. Sencillamente indispensable, genial, demoledora.

    Gracias por tu artículo Carlos.

  4. Esta es una película que siempre me ha fascinado, pero no sé por que, ha quedado un poco olvidada. Coincido plenamente con la puntuación que le dais.

  5. Muy buen artículo sobre una de mis películas preferidas. Por ello, y porque es la película de BILLAR por excelencia, la incluí hace poco en mi blog DICCINEARIO http://diccineario.wordpress.com/?s=BUSCAVIDAS.
    Por cierto, en los sitios de interés figura como diccenario (os agradecería la corrección).
    Saludos.