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El Francotirador (American Sniper) (2014): mito por fuera, tormento por dentro

el francotiradorNota: 7,5

Dirección: Clint Eastwood

Guión: Jason Hall (Novela: Chris Kyle)

Reparto: Bradley Cooper, Sienna Miller, Luke Grimes, Jake McDorman, Kyle Gallner, Keir O’Donnell, Eric Close

Fotografía: Tom Stern

Duración: 132 Min.

Desde el momento en el que una película se estrena, deja de pertenecer a su director para pasar a tener tantos propietarios como espectadores se coloquen frente a la gran pantalla. Cada uno la interpretará de una manera personal, atendiendo a sus conocimientos previos sobre el tema en cuestión, basándose en su experiencia vital, y en el caso de que la negligencia o el autoengaño intervengan en el proceso, manipulando su propia percepción sobre los hechos expuestos, o dejándose llevar por sus filias y fobias. Que duda cabe que lo ideal sería valorar el contenido de un largometraje desde una perspectiva completamente objetiva. Sin embargo, el componente instintivo del arte, ya sea en la creación o en la percepción, empuja sin remedio a los dominios de la subjetividad.

Consciente de ello, Clint Eastwood ha diseñado «El Francotirador», voluntaria o involuntariamente, como un producto ideológicamente ambiguo, que puede ser interpretado desde diferentes puntos de vista. Algunas de sus conclusiones colisionan frontalmente entre sí, lo cual invita al planteamiento de las siguientes cuestiones: ¿Acaso Eastwood no tiene las ideas claras? ¿Podría tratarse de una maniobra voluntaria? Transcurridas cuatro semanas desde su estreno en Estados Unidos y recién estrenada en nuestro país, ‘El Francotirador’ sigue suscitando acaloradas discusiones sobre sus tendencias ideológicas.

Sin embargo, no deberíamos olvidar que el Clint Eastwood que ha dirigido ‘El Francotirador’ es el mismo que defendió vehementemente la eutanasia en ‘Million Dollar Baby’, expuso con suma sensibilidad el punto de vista japonés tras la respuesta americana al ataque de Pearl Harbour en ‘Cartas desde Iwo Jima’, e hizo una defensa emocionante de las minorías étnicas en su inolvidable ‘Gran Torino’. ¿Fascista? Permítanme dudarlo. Otros argumentarán que también se trata del mismo actor que en su momento protagonizó ‘Harry el Sucio’, ‘Infierno de Cobardes’ o ‘El Sargento de Hierro’. Y esta afirmación nos lleva a las siguientes cuestiones: ¿es un personaje el reflejo del actor que lo interpreta? Evidentemente, se trata de una pregunta retórica.

Bradley Cooper en El Francotirador

Asimismo, cualquier cineasta puede reflejar en su película una realidad con la que no tiene porqué estar de acuerdo. El punto de vista narrativo es clave para dilucidar si existe la intención de reflejar unos hechos objetivos, o, por el contrario, de lanzar un mensaje subjetivo. Y esto nos lleva a la idea expuesta en el primer párrafo. Desde luego que nadie podrá extraer un mensaje antipatriótico de «El Francotirador», pero supongo que nadie lo esperaba antes de ver esta película. Clint Eastwood se siente americano y defiende hasta las últimas consecuencias la política de su país, independientemente de su legitimidad.

«El Francotirador» narra el conflicto entre la vida militar y la vida personal de un soldado de los Estados Unidos de América. Analiza la construcción de un mito que no se siente como tal, y la fragilidad de una persona aparentemente indestructible. Alejándose del retrato romántico, Eastwood se focaliza más en las sombras que en las luces de Chris Kyle: 1) debido a sus constantes ausencias, la mujer del francotirador americano se convierte en una madre soltera que debe criar a sus dos hijos sin la ayuda de una figura paternal, 2) la guerra provoca devastadoras consecuencias en el interior del protagonista, tal y como se refleja en la secuencia en la que el paranoico Kyle intenta «eliminar» a un perro nervioso durante la celebración de un cumpleaños infantil en el jardín de su casa.

«El Francotirador» no intenta justificar la guerra de Irak, simplemente la muestra como una consecuencia del 11S. Eastwood incluso se regodea en el absurdo del conflicto bélico en una secuencia en la que el protagonista mantiene una conversación telefónica subida de tono con su mujer, mientras apunta con su rifle a posibles objetivos humanos. Numerosas imágenes contribuyen a la desidealización del héroe: en un momento del film, Kyle confiesa ante su psiquiatra que no le preocupan las ciento sesenta y pico muertes iraquíes que ha causado, sino las vidas americanas que no consiguió salvar.

Cooper y miller en el francotirador

Estas secuencias no serían tan eficaces sin la presencia de Bradley Cooper, otra de las razones por las ‘El Francotirador’ merece ser vista. El otrora niño bonito del último Hollywood demuestra sus (antaño ocultas) dotes interpretativas, poniéndose en la piel de un héroe perturbado por las atrocidades que sus ojos han contemplado a través de la mirilla telescópica de su infalible fusil. No hay rastro del actor superficial que acaparaba las miradas del público femenino en ‘Resacón en las Vegas’, Cooper ha subido de nivel gracias a un gran director de actores como Clint Eastwood y a la vida de un personaje que invita al debate más caldeado.

Interpretaciones aparte, lo que no se puede negar es la pericia narrativa del director. «El Francotirador» rebosa tensión en cada uno de sus fotogramas y mantiene la atención del espectador a pesar del consabido desenlace. Indudablemente, existe un cierto desequilibrio entre la vida familiar del personaje y la profesional, circunstancia que podría haber sido perfectamente evitada. Sin embargo, las escasas pinceladas dedicadas a la primera son lo suficientemente precisas como para compensar el «descuido». El origen lo encontramos en las presuntas intenciones de Clint Eastwood, que dedica todas sus energías a realizar una película de acción repleta de nervio y dinamismo. Y teniendo en cuenta sus ocho décadas de existencia (y sin tenerlas en cuenta, también), cumple el objetivo sobradamente, firmando su película más lograda desde «Gran Torino».

Es una pena que Eastwood asuma innecesariamente el riesgo de que el funeral de estado que cierra la película, relegue al olvido la ambigüedad que rebosa el resto de su metraje. Debido a estas imágenes, algunos contemplarán «El Francotirador» como una película patriótica que defiende la política militar americana, consistente en invadir cualquier país que obstaculice la consecución de sus objetivos. En la humilde opinión de este crítico, dicha interpretación simplificaría el contenido de sus imágenes hasta los límites de la demagogia. Pero probablemente esté equivocado…

Carlos Fernández Castro

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6 Comentarios

  1. Buenas tardes, Carlos

    Qué alegría me da leerte!, y cuántas veces entré a buscar tu crítica después de ver la película el sábado!. Buscaba, casi con necesidad, hallar justo lo que he encontrado. Esta ambigüedad de la que hablas caló muy densamente en mis espacios intersticiales, mientras duró la película provocó sentimientos desagradables, y posteriormente ha ido colándose generando cada vez más pensamientos.

    Tuve tu misma reflexión sobre Clint Eastwood, ojalá hubiera tenido un teléfono para preguntarle: Clint, ¿qué me has querido decir?. Y me he parado a pensar… ¿Clint habría hecho la misma peli si no fuera americano? ¿la veríamos de otra manera no siendo europeos?, todo esto también dice mucho de la identidad americana y de la europea, y no me quiero referir a que sean más o menos belicistas o a que sean más o menos fanáticos o a que sean más o menos patrióticos. No es baladí el comportamiento del protagonista ausente de toda autocrítica (wikipedia), no es trivial la ‘legitimación’ del asesinato reivindicado a través de la defensa de nuestra propia vida. ¿Por qué llama a su mujer siempre en la peor situación? no sólo en aquella subida de tono, no creo que se trate sólo de debilidad, o un indicativo de su deshumanización, que también, me parece que hay un punto de ‘la voz’ del ‘otro yo’, que no tiene por qué ser la conciencia…

    Me rayado hasta el punto de por qué el personaje carga con un silenciador en situaciones en que está de más. O por qué escoge el depósito que se tambalea para dar blanco a su némesis contraviniendo ordenes de jerarquía superior. No hay puntada sin hilo.

    En fin, seguiré pensando, y aunque me rebullí en el asiento, volveré a verla para sacar y afianzar conclusiones. Aunque justo esta peli es para tener alta capacidad de relativismo, intentando analizar para comprender más que para concluir.

    Muchísimas gracias de nuevo, de verdad, muchas gracias!!!!!

    • Al contrario Lucía, mil gracias a ti, por compartir tus interpretaciones y reflexiones con nosotros y por aportar tanta riqueza a nuestros textos. Es un auténtico placer leer tus comentarios, y al mismo tiempo aprender nuevos puntos de vista sobre detalles que podrían pasar inadvertidos.

      Lo dicho, muy agradecido. Y visto lo visto, tienes las puertas abiertas en esta humilde morada.

      Un fuerte abrazo

      Carlos

  2. Ay!! Qué alegría provocan unas pocas líneas!!

    Mira, voy a ser franca y a exteriorizar un tanto, al terminar ‘El Francotirador’, de verdad pensé: ¿qué opinará Carlos de esta peli? (no teniendo a Clint, ¿quién mejor?), y con esta interrogación lo que quiero decir (me pega subirme a un cerro para formular esta frase), es que Bandeja de Plata se ha convertido en mi referencia sobre análisis cinematográfico, y tú, como abanderado. Por no entrar en la admiración que me supone la creación de un proyecto y su consecución.

    ¿Y por qué yo, que soy una personita sencilla a la que no le gusta demasiado la exposición y que no tiene ‘autoridad’ en estos temas, considero que tengo que recompensar mínimamente (y sobre todo agradecer inmensamente) a este blog y a su director?

    1_ Por humilde empatía, porque si alguien pensara de mi trabajo como yo lo hago del vuestro, me reconfortaría muchísimo saberlo.

    2_ Porque la primera vez que entré en tu morada, pensé: ¡qué profesional es esto!, ¡cuánto me gusta la distribución y el concepto!, ¡cómo mola!… Ah!! y mi color preferido de pequeña era el amarillo!.

    3_ Porque cuando fui leyendo cada vez más críticas-opiniones, se fue cimentando la querencia y el sentido de pertenencia. Así como podría decir: ‘yo soy de coca-cola’, también digo: ‘yo soy de bandeja de plata!!!!’.

    4_ Porque la primera vez que me atreví a escribir en internet fue en tu blog, porque repasé mi texto chorrocientas veces (no hice lo mismo con el siguiente llenándolo de gerundios, puff!!) y le dí a intro con tembleque. Porque al día siguiente me encontré la mejor de las respuestas!!!! (tan afinada y generosa como las que vinieron después).

    ¿Estoy quedando un tanto pelota? Me da lo mismo, mientras mi mensaje se entienda auténtico y como refrendo.

    Siendo honesta, no me gustan demasiado las frases utópicas, pero he recordado esto del creador de Hundertwasserhaus: ‘Si es un hombre solo es el que sueña, un sueño es. Si son muchos los hombres que comparten el mismo sueño, se convierte en el comienzo de una realidad’. Lo tuyo es una realidad y yo me uno a vuestro sueño.

    Vaya, vaya, a la que no le gustaba la exposición!! GRACIAS!

    • De verdad Lucía que me dejas sin palabras suficientes de agradecimiento. Este tipo de comentarios es la máxima recompensa a la que podríamos aspirar, a cambio del esfuerzo y la pasión empleadas en cada uno de nuestros textos.

      GRACIAS

      Carlos

  3. Hola Carlos, Muy buena y acertada la crítica (como siempre) un verdadero placer.
    Nos vemos.
    un saludo