Laurence Anyways (2012)
Nota: 7,5
Dirección: Xavier Dolan-Tadros
Guión: Xavier Dolan-Tadros
Reparto: Melvil Poupaud, Susanne Clément, Nathalie Baye, Yves Jacques, Monia Chokri
Fotografía: Yves Bélanger
Duración: 168 Min.
En su tercer largometraje, Xavier Dolan vuelve a reincidir en su habitual irregularidad, pero también hace gala de una gran inteligencia y una inusual habilidad para conmover al espectador. El cine del director canadiense sigue evolucionando en todos los aspectos posibles (escritura, narración y estética), adquiriendo con cada trabajo una identidad más sólida y personal.
«Laurence Anyways» refleja la lucha de un hombre por llegar a ser quien verdaderamente es: la mujer que lleva dentro y que ha mantenido oculta durante toda su vida. Pero Dolan da un golpe en la mesa desde el primer momento para advertir al espectador de que lo que está punto de ver escapa de todos los tópicos y extravagancias habituales en el cine de esta temática. Laurence no es una loca, ni siquiera es amanerado; Laurence sería una mujer como otra cualquiera si no fuera por su físico.
El joven director canadiense rompe una lanza en favor de un colectivo al que el cine ha perjudicado más que beneficiado; construye con cariño y respeto a su personaje protagonista, un profesor con una vida normal, que vive locamente enamorado de su novia y tiene los mismos anhelos y temores que cualquiera de nosotros. Pero lo que realmente marca la diferencia es que Laurence quiere cambiar su sexo pero no su forma de vida, sus inquietudes, o su pareja. El mayor acierto de esta carismática película radica en la magnífica historia de amor que relata; un romance con enemigos tan poderosos como el miedo a lo desconocido y el sistemático rechazo de nuestra sociedad hacia todo lo que no responde a la normalidad; pero también un romance que arriesgadamente apuesta por la esencia de la persona, envoltorios a parte.
Dolan mantiene los pies sobre el suelo; podría haber caído en el radical idealismo que rompe la credibilidad de tantas películas, pero no lo hace; enfrenta la naturalidad con la que Laurence acepta su verdadero yo contra la incapacidad de nuestra sociedad para abrazar lo diferente. Esto queda tristemente patente cuando comprobamos con qué personas se siente realmente aceptado nuestro protagonista: personas de sectores marginales que han decidido recluirse ante el rechazo del resto de la humanidad. Laurence no quiere cambiar de vida, entorno o pareja, pero quiere ser aceptado como es, como él verdaderamente se siente.
Desgraciadamente, las propuestas arriesgadas no suelen triunfar en la taquilla, y menos si abordan temas tan marginales como la transexualidad. Consciente de ello, Dolan despliega todos sus encantos, acompañando la narración con una deslumbrante estética y un ritmo pretendidamente intenso. La película tiene un aspecto inmejorable, pero la excesiva ambición del cineasta canadiense pasa factura en la segunda mitad del film; los baches narrativos, inexistentes en los primeros 90 minutos, hacen acto de presencia a medida que recorremos las diferentes etapas en la transformación de Laurence.
Pero la apuesta de Xavier Dolan es tan sincera y apasionada que los 168 minutos de duración de «Laurence Anyways» y los momentos en que su narración deja de ser tan inspirada, no pueden contrarrestar la potencia que desprende la historia de amor entre sus dos protagonistas; tiene la actitud, el carisma y el alma que necesita una película para llegar al espectador. «Laurence Anyways» satisfará a todo tipo de públicos porque lanza su mensaje desde la normalidad; incluso invitará a replanteamientos de diversa índole. ¿Será capaz de convertir en tolerantes a los que rechazan el cambio de sexo en cualquier circunstancia? No lo creo, pero desde luego que invitará a la reflexión a aquellos que tengan la mente abierta.
Carlos Fernández Castro