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Stoker (2013)

Nota: 7,5

Dirección: Park Chan-wook

Guión: Wentworth Miller

Reparto: Mia Wachikowska, Nicole Kidman, Matthew Goode, Jacki Weaver, Dermot Mulroney

Fotografía: Chung Hoon-chung

Duración: 98 Min.

Quien pensara que Park Chan-wook iba a venderse al cine americano, como ha hecho recientemente su compatriota Kim Ji-woon con «El Último Desafío», estaba muy equivocado. El cineasta coreano, responsable de películas de culto como «Oldboy» o «Thirst», ha enterrado parcialmente su obsesión por la violencia extrema, pero no ha cedido a las exigencias del estudio americano de turno. El resultado es un film extraño, atípico y alejado de los cánones hollywoodienses, que profundiza en las atmósferas inquietantes que ya se intuían en los anteriores trabajos del director; pero por encima de todo, representa el triunfo en tierra hostil de un autor con voz propia.

El guión de «Stoker» carece de los rasgos distintivos del cine de Park Chan-wook, quedando nitidamente al descubierto su condición de trabajo de encargo. Sin embargo, el director de «Soy un Cyborg», lejos de adoptar una actitud pasiva (habitual en los talentos importados por el cine yanqui), ha decidido impregnar cada fotograma de su fuerte personalidad, y dejar el turismo para otra ocasión; milagrosamente, consigue hacer suya una película que estaba inicialmente destinada a ser el típico producto de terror simple y facilón.

La mano del cineasta coreano puede percibirse en los movimientos de cámara, la planificación de secuencias, la deslumbrante estética que desprende cada plano, y la dirección de actores. Desde sus primeros compases, «Stoker» hace gala de un ritmo narrativo pausado e inquietante, que logra crear en el espectador un estado de ánimo muy concreto; de esta manera, Park combate la oquedad de un guión impuesto, e hipnotiza a propios y extraños con su particular propuesta.

No es casualidad que se puedan apreciar en «Stoker» algunas reminiscencias de «La Sombra de una Duda», obra maestra dirigida por Alfred Hitchcock en 1943; sin ir mas lejos, su argumento y protagonistas parecen ser un homenaje al director británico. Sin embargo, el personaje de Marthew Goode apunta en una dirección muy distinta a la del tío Charlie de Joseph Cotten, aunque ambos compartan (casualmente) nombre de pila. El Charles de «Stoker» tiene un componente sobrenatural (fuerza, omnipresencia) que lo convierte en aterrador e imprevisible; la mirada inexpresiva, el atractivo natural, y la enigmática interpretación de Goode son imprescindibles para crear la atmósfera inquietante que caracteriza a esta película.

Park Chan-wook utiliza este personaje como eje central de la narración, y crea a partir de sus peculiaridades numerosas situaciones de una tensión extraordinaria. Ante la vulgaridad de lo planteado en el papel, el cineasta coreano pone a prueba todos sus recursos cinematográficos con el fin de enriquecer el conjunto: establece relaciones de poder entre los protagonistas a partir del deseo sexual (memorable secuencia en la que tío y sobrina interpretan una partitura al piano) y su ubicación espacial (por ejemplo, la posición que ocupan en la escalera durante sus encuentros); emplea gran cantidad de simbolismos (los zapatos de India) que aportan interesantes matices a los personajes; y, emulando a los grandes maestros, vuelve a demostrar que para transmitir no es necesario enseñar.

En otro orden, Nicole Kidman se reivindica como actriz de primera fila; su interpretación en «Stoker» no hace más que ratificar que las buenas críticas recibidas por «Rabbit Proof» y «El Chico del Periódico» no eran casualidad. Últimamente, la ex-esposa de Tom Cruise parece sentirse cómoda en la piel de personajes guiados por sus instintos más primarios; el duelo interpretativo con Mia Wachikowska resulta de lo más estimulante y saca lo mejor de ambas actrices. Mientras tanto, Matthew Goode parece haberse fumado un canuto y no estar participando en la misma película; pero lo más sorprendente es que su interpretación encaja a la perfección en el contexto de la película y resulta sumamente eficaz.

«Stoker» no es la película de miedo que el gran público espera; es mucho más sutil y contiene un fuerte componente psicológico, diferenciándose así del resto de producciones americanas adscritas al género. Park Chan-wook mantiene su integridad artística y hace gala de una sensibilidad que ignora fronteras. Que «los tíos que pierden el contacto con el resto de la familia durante largos periodos de tiempo y luego reaparecen como por arte de magia» no son trigo limpio, lo sospechábamos hace muchos años gracias a Hitchcock; pero ¿qué hay de las sobrinas? El director de «Stoker» tiene la respuesta.

CarlosFernández Castro

Puede ver la video-crítica AQUÍ

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