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Tron (1982)

Nota: 7,5

Dirección: Steven Lisberger

Guión: Steven Lisberger (Historia: Bonnie Macbird y Steven Lisberger)

Reparto: Jeff Bridges, Bruce Boxleitner, David Warner, Cindy Morgan

Fotografía: Bruce Logan

EN BREVES PALABRAS (para los impacientes)

Aprovechando el inminente estreno de «Tron: Legacy», con el miedo de quien teme que un precioso recuerdo de infancia se transforme en una nueva decepción, decidí revisar ese gran clásico del cine de ciencia-ficción que sigue siendo «Tron». Para mi sorpresa, no me decepcionó; mas bien consolidó su condición de cinta mítica y de culto que había ido cimentando desde su injusto y desastroso estreno a principios de los años 80. Su atrevida e innovadora estética, su ritmo frenético y sus secuencias de persecuciones la convierten en una obra de obligado visionado para los amantes del género.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

El argumento es el siguiente: Flynn (Jeff Bridges), un joven y brillante programador, acaba de ser despedido improcedentemente de la empresa para la que trabajaba. Este suceso coincide, casualmente, con la meteórica ascensión del nuevo director general, cuyos méritos han sido la creación de varios videojuegos de gran valor económico, cuya verdadera autoría corresponde a nuestro protagonista. Las pruebas que lo demuestran están en el interior del sistema operativo de la empresa, el cual, al amparo del nuevo director general, ha ido aglutinando el poder hasta no necesitar de asistencia humana para ejercerlo. Flynn intenta hackear el sistema, pero acaba siendo introducido en el mismo, pasando a formar parte de una realidad cibernética paralela, donde tendrá que luchar para salvar su vida y acabar con el dominio de las máquinas.

«Tron» es el triunfo de la imaginación. Es luz roja y azul, es el bien frente al mal, es el ser humano frente a las máquinas, es mitad videojuego mitad mundo real, mitad veneración mitad rebelión….

No sé quien es el responsable de todo el mundo digital que muestra la película, pero el resultado sigue siendo admirable a día de hoy. Todos esos módulos, esas líneas rectas, esquinas afiladas y caminos laberínticos conforman un mundo en el que seres con apariencia humana son programas informáticos,  meros almacenes de energía o, en raras ocasiones, programadores, sometidos a la voluntad de una maquina, que decide, cual ser superior, sobre la existencia o desaparición de sus súbditos.

Examinando la película, encontramos algunos paralelismos con un par de personajes de otro clásico del género, muy próximo en el tiempo, «La Guerra de las Galaxias».  Se trata del binomio Emperador-Darth Vader, muy similar al formado por Programa de Control-Sark. El desarrollo de cada uno de ellos no tiene nada que ver el uno con el otro, pero tal y como es tratada visualmente la relación entre ambos personajes, la influencia de la obra creada por George Lucas es fácilmente identificable.

También es curioso asistir a la obsesión del Programa de Control por ver morir a sus esclavos jugando en videojuegos, y no de otra manera. A nadie se le puede escapar la similitud con los antiguos emperadores romanos, que entrenaban a sus gladiadores para posteriormente enfrentarlos a vida o muerte, con el fin de entretener al vulgo.

Hay un cierto tono religioso que me gustaría comentar, puesen «Tron» la relación entre los seres humanos y las maquinas es bastante peculiar. La rebelión del Programa de Control frente a sus creadores contrasta con la admiración y veneración que muestran hacia ellos los programas informáticos de menor categoría. La muerte del programa de contabilidad es bastante representativa en este sentido. Justo antes de fallecer, mantiene una conversación con Flynn y se da cuenta que acaba de conocer a su Creador; como consecuencia de ello pasa a un estado de paz similar al del creyente que ve justificada su fé, o como aquel hijo que acaba de conocer a su padre después de toda una vida sin saber nada de él.

El encanto de «Tron» reside en su estética, en su mundo de colores, en sus naves de videojuego, en sus carreras de motos digitales, en sus duelos de disco, en sus persecuciones trepidantes y en su lucha entre el bien y el mal. Los diálogos de la película son insustanciales, e incluso ridículos en algunas ocasiones, pero no atenta contra el principal objetivo de la película: entretener; y en eso aprueba con nota. Porque, no nos engañemos, «Tron» no tiene la profundidad de «Blade Runner», los efectos especiales de «La Guerra de las Galaxias» o la filosofía de «Matrix», pero sigue manteniendo la chispa y la magia que nos engancho la primera vez que la vimos….y esa estética ochentera que nos sigue poniendo el vello de punta.

Carlos Fernández Castro

3 Comentarios

  1. si , suscribo plenamente el comentario, es un poco la generación spectrum y hay que volver a verla recordando que en aquella época nos enfrentamos a esta película con la fascinación de contemplar pro primera vez la maravilla de lo diferente e innovador, de la trascendencia de la realidad…esa sensación ahora es morriña , pero todavía muy superior a lo que sentimos al ver al avatar de Bridges en la nueva, completa indiferencia e incluso juicio técnico crítico…tanto hemos andado.
    En mi opinión, Tron supuso un salto cuantitativo en la ciencia ficción, dado que exploraba un territorio que asomaba, el informático, y planteaba una pequeña revolución en la mente del espectador, dado que era iconoclasta con la realidad y ofrecía cosas tan nuevas para aquella época que la secuela no ha podido ni querido innovar más que en la parte estética, como obviamente lo debe a las capacidades tecnológicas actuales, pero sólo es un espectáculo formal y facilón.todo en el Tron era original, y de acuerdo con el autor del comentario, todavía fascinante.Como obra es muy digna, sólo les faltaba Daft Punk. (ahora mismo acabando de ver la segunda a las 07.43).
    aprovecho para felicitar por la versatilidad de los autores de los artículos, es de agradecer que tengan sus propios criterios y que abarquen tanto «género».

  2. Pues resumiendo, yo me dormí viéndola. A ver si tengo algo de tiempo para desarrollar un poco más esta idea y estar a la altura de tan magnífica página.

    • Ay Anselmo,
      me consta que tu capacidad analítica va mucho más allá de lo expuesto en este comentario, así que esperamos ansiosos tus próximos comentarios. El hecho de haberme apoyado tan valientemente en mi cruzada pro «Señales», ante los perros de presa que tu yo yo conocemos, te da autoridad para dormirte en «Tron», «Tron: Legacy» y las películas que quieras 😉
      Un fuerte abrazo.