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Crónica Incompleta e Imperfecta de un Cinéfilo en el Festival de San Sebastián

Igual que el refranero popular. “Como un niño en una tienda de golosinas”, así se siente el cinéfilo, en su visita a Donosti, estos días. La generosa oferta del Festival de cine, con sus múltiples secciones; Selección Oficial, Zabaltegi, Horizontes Latinos, Nuevos Directores o Perlas, hace prácticamente imposible no saciar el apetito, hasta de los más exigentes. Así al menos resultó el pasado fin de semana, para el abajo firmante. Lo que sigue, es la crónica subjetiva e incompleta de un atracón de cine en la 62ª edición del Zinemaldia.

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Selección Oficial

Son de sobra conocidas, las dificultades de programadores y directores de un Festival de “categoría A” para cerrar sus Programaciones. Presentar obras que sean “estrenos” mundiales y que no hayan concurrido a otros premios es una exigencia demasiado severa si se añade el hándicap de ser el último de los grandes, tras Cannes (que se lo lleva todo), Berlin (muy cercano a las fechas de los grandes premios) y Venecia (que casi deja finiquitada la cosecha de títulos).

Por ello, se agradece presenciar títulos de la Selección Oficial tan estimulantes como La isla mínima, Alberto Rodríguez o The Drop, Michael R. Roskam. Los dos son thrillers, y los dos de inminente estreno en las salas comerciales.

La película española, consagra la versatilidad de Alberto Rodríguez, quien en su quinta película amplía temáticas y logros artísticos. La apertura de esta historia, de crímenes en una España posfranquista, ofrece algunas de las imágenes más hermosas vistas recientemente en nuestra cinematografía. Los planos cenitales de las marismas del Guadalquivir reproducen las circunvoluciones del cerebro humano, y el naturalismo salvaje de la propuesta sirve para enmarcar el posterior relato. Se echa en falta un guión más depurado que desarrolle más a sus personajes y no sólo los perfile. A pesar de que la forma, está en varias ocasiones a punto de engullir el fondo del relato, es una película que merece la pena y a la que nunca se le pierde el interés. Tienen una cita este fin de semana con su estreno comercial.

La película americana, The Drop presenta una nueva historia de crímenes en Brooklyn pero cuenta con varios aciertos que la alejan del tópico. Por un lado, una magnífica y limpia escritura del guión que introduce claridad en las tramas, sin renunciar a la complejidad. Por otra la contundente presencia de Tom Hardy que ofrece una matizada (y nada sencilla) interpretación de un camarero solitario y poco comunicativo que, si los prejuicios no lo evitan, podría darle con todo merecimiento una Concha de Plata al mejor actor. Su gran trabajo y su carrera (Bronson, Warrior o Locke) le avalan.

The Drop (Foto película) 7087

Por el buen sabor de boca que ofrecen estos dos títulos, se perdona (o no) la gran decepción y peor experiencia, que supone el visionado de la última película de François Ozon, Une nouvelle amie. Algo así como “Mi nueva amiga”. Se comprende que el autor francés haya sido invitado de nuevo a este Festival, recordando que aquí presentara muchas de sus anteriores películas e incluso el triunfo de “En la casa” (2012) que mereció el gran premio, la Concha de Oro. En esta ocasión, el francés se pierde en una historia de dos amigas cuya amistad queda truncada por la muerte de una de ellas y la relación posterior con el marido de la difunta. Se pretende activar un dispositivo melodramático que reflexione sobre los nuevos modelos familiares, la redefinición de los roles de género e incluso el duelo, pero todo resulta fallido, rídiculo e incluso, retrogrado y reaccionario (como definir el “ser mujer” desde la maternidad). Una lástima.

 Nuevos Directores

Zinemaldia ausculta en propuestas de creadores noveles, o directores de su segunda película. Es una sección que busca descubrir creadores que renueven el panorama actual.

Esta promesa de frescura, riesgo y audacia se cumple de sobra en Los tontos y los estúpidos de Roberto Castón. No se sabe que fue antes, si la carencia de recursos, la que provoca el ingenio o la inteligencia que apuesta por el minimalismo, lo cierto es que da un recital de ideas y reflexiones con una marcada austeridad formal. La excusa; una compañía de teatro es filmada mientras prepara un montaje teatral. Y en ese artificio del teatro, la representación y la mentira (eso es el cine y la vida, una mentira) acabamos por ver a unos personajes que nos permiten reconocer realidades cercanas. Las máscaras que utilizamos en nuestras vidas (persona en griego –prosopon- significa máscara), los roles que desempeñamos y que vamos mutando e intercambiando y las relaciones humanas, todo eso.

Los tontos y los estúpidos (Foto película) 5958

Sus importantes resultados no serían posibles sin un elenco excelente (acertadísimo casting). Parece casi un delito destacar a alguno, pero el hilarante momento que nos regala la gran Vicky Peña, se antoja inolvidable. Cuca Escribano, Naussica Bonnin, Roberto Alamo (por fin interpretando a alguien sin retraso mental, gracias), Josean Bengoetxea o Aitor Beltrán están acertadísimos.

El público, debería acudir a las salas del 3 de Octubre con su estreno comercial.

 Perlas

La auténtica “tienda de golosinas” está en esta sección, que recopila los títulos más celebrados de anteriores certámenes, y que nos han ofrecido la posibilidad de ver algunas obras magistrales.

Dos terremotos, así exactamente fueron “vividos” en la platea, han sido mostrados en esta sección:

Xavier Dolan es ya uno de los directores de referencia de la actualidad. Con unos escasos 24 años y ofreciendo con su quinta película, Mommy (Premio del Jurado en la reciente edición de Cannes), una montaña rusa al servicio del espectador. Si decide subir, quedan garantizados 140 minutos de una viaje inigualable por las emociones de esta madre que intenta educar a su hijo diagnosticado de TDAH (Hiperactividad). Sería un error tomarse la película como una comedia, siendo una de las mayores advertencias que desde el cine se hace a la educación actual.

Mommy (Foto película) 5976

La que no ofrece posibilidades al espectador es The Tribe, Miroslav Slaboshpitsky irrumpe con su primera película entre lo más destacado de este año. Premio a la mejor obra de Un certain Regard en el último Cannes, plantea, o mejor dicho “obliga” e impone ver su película sin subtítulos. Un centro para menores sordomudos, y la supervivencia como reto. Sin palabras, pues sus protagonistas están incapacitados para ello y con una cámara que se acerca y aleja con maestría del foco de la escena. La incomunicación como tema central y el sexo y la violencia como sus consecuentes.

Una de las experiencias más radicales que puede ofrecer (¿y ofrecerá?) el cine. Necesita ser asimilada después de recibir su impacto y ser celebrada como una obra magna.

Otras dos piezas destacaron en esta sección por su magnífica elegancia formal, siempre acompañada de riqueza textual.

Por un lado, el elegante ejercicio de ilustración de Mathieu Amalric en La chambre bleue, la célebre novela de Georges Simenon. Un poema visual que regala fotogramas mágicos, como el de esa pareja abandonada al deseo de sus cuerpos desnudos en el alfeizar de la ventana, y bajo la lluvia. Una demostración de que 75 minutos no significan una película pequeña. Delicada y fatal.

La chambre bleue - The Blue Room (Foto película) 6215

Peor, e inmerecida, suerte ha recibido el chino Diao Yinan con su Black coal, thin ice. Una gran película que ha sido cruelmente incomprendida (el 4.44 en los paneles de votación popular la delatan) por el espectador de Donosti. Un thriller, cuyo argumento tópico y convencional es revestido de cine mayúsculo. Poderosa puesta en escena, gran fotografía y una permanente capacidad para sorprender al espectador. Posee un plano-secuencia que sirve para ejemplificar la calidad formal del film: Para trasladar al espectador de 1999 a 2004, para que la historia de ese crimen sin resolver pueda ser abordada, la cámara se sumerge en un túnel. Lo que sigue, es uno de los premios que todos los que decidan verla, recibirán.

Fco. Javier Rueda Ramírez

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3 Comentarios

  1. Donosti esta semana es mi Parque de Atracciones ideal. Gran crónica.

  2. El Zinemaldia debe ser una cita fija para todos los que amamos el cine. Lujo de ciudad y de programación