Aliados (Allied) (2016)
Nota: 8
Dirección: Robert Zemeckis
Guión: Steven Knight
Reparto: Marion Cotillard, Brad Pitt, Matthew Goode, Jared Harris, Lizzy Chaplan, Jason Matthewson
Fotografía: Don Burgess
Duración: 124 Min.
“Siempre nos quedará París”. ¿Les suena? Sin duda alguna, Casablanca (Michael Curtiz, 1942, EE. UU.) permanece como uno de los astros más relucientes de toda la Historia del Cine. Sin embargo, cuando se trata de valorar el romance entre Rick e Ilsa (excelentes Bogart y Bergman), los juicios se dividen. Hay quienes lo siguen considerando como una irresistible historia de amor, mientras que a otros les resulta totalmente anacrónica en los tiempos que vivimos.
Por tanto, era de esperar que Aliados, ese particular homenaje a Casablanca por parte de Robert Zemeckis (quien vuelve a mostrarse en forma después de sus últimas mediocres cintas), dividiera también las sensibilidades del público en dos bandos casi irreconciliables. El fondo de los dos filmes bien se puede resumir en aquella frase genial de William Faulkner: “Entre el dolor y la nada, prefiero el dolor”. En ambos late el fundamental subtexto de que la certeza de saberse amado es superior a cualquier sacrificio que ella conlleve, aunque se trate de renunciar a la misma persona amada.
Quienes consideren este planteamiento cursi o pasado de moda bien pueden ahorrarse el precio de la entrada, pues posiblemente les resulte tan insoportable como a los compañeros de la crítica que abandonaron la cinta en su clímax durante el pase de prensa. El resto disfrutará de una obra bien narrada, como es habitual en el director estadounidense, brillante en lo visual y en lo sonoro y con unas memorables interpretaciones de Brad Pitt y Marion Cotillard, que transmiten algo de la química que se respiraba entre Bogart y Bergman en la citada obra maestra.
Tanto en su puesta en escena como en la historia que cuenta, así como en su capacidad de jugar con las emociones del espectador, Aliados desprende un inconfundible aroma a Hollywood clásico, que cautivará a los nostálgicos, a los que se sienten más inclinados a ese tipo de cine, así como a todos aquellos que, sencillamente, quieran gozar de una buena película de entretenimiento. ¿Y qué pasa con el resto? A ellos, siempre les quedará Casablanca.
Rubén de la Prida
Metraje excesivo, guión de construcción mediocre, interpretaciones irregulares. Quien quiera creer que es un homenaje a Casablanca, allá él. Pero no lo es. Una pena: quería que me gustara, de verdad.