El Presidente y Miss Wade (The American President) (1995)
Nota: 8,5
Dirección: Rob Reiner
Guión: Aaron Sorkin
Reparto: Michael Douglas, Annette Bening, Martin Sheen, Michael J. Fox, Richard Dreyfuss, David Palmer
Fotografía: John Seale
Duración: 120 Min.
“El Presidente y Miss Wade” es una de esas películas que no admiten etiquetas estandarizadas; no se trata de cine político, pero tampoco de una comedia romántica al uso. Entonces, ¿de qué estamos hablando? Quizás, la mejor respuesta posible a esta pregunta se encuentre en la primera intervención de Miss Wade: «Disculpe, es la primera vez que vengo a la Casa Blanca, trato de saborear esta situación a lo Capra». Pero no seamos inocentes; teniendo en cuenta que el guionista de esta película es el responsable de «El Ala Oeste de la Casa Blanca» y un demócrata de pro, las intenciones no podían quedar en la mera evocación de una época en la que vivir era muy bello y el Sr Smith no tenía espada.
“El Presidente y Miss Wade” es el resultado de un milagroso equilibrio entre el exquisito gusto de Rob Reiner por la comedia sofisticada y las inquietudes políticas de Aaron Sorkin. Como hemos podido comprobar en numerosas ocasiones, la suma de 1 más 1 no tiene por qué ser 2, y este largometraje es un claro ejemplo de ello. Las dos cabezas pensantes detrás de este proyecto unieron sus fuerzas para contar algo más que una ingenua historia de amor o una guía para comprender la especial relevancia de un Jefe de Estado en el gobierno de un país como EEUU; quien tenga la suerte de verla, encontrará en ella un magnífico tratamiento de valores como la integridad, la responsabilidad, y el compromiso del ser humano con sus ideales.
Como no podía ser de otra manera, Aaron Sorkin exhibe desde el primer momento sus tendencias ideológicas: el protagonista del film es un ejemplar presidente demócrata de los Estados Unidos, y uno de los temas en torno a los que gira el argumento consiste en la aprobación de un proyecto de ley para la reducción de emisiones contaminantes. Pero no os asustéis, “El Presidente y Miss Wade” no es un panfleto político, sino una maravillosa comedia romántica que se desarrolla en un contexto atípico. Afortunadamente, la batuta de Rob Reiner se encarga de controlar los impulsos propagandísticos de su guionista; aunque para disgusto de los votantes republicanos, lo consigue de un modo parcial.
Pero las reivindicaciones ecológicas de Sorkin no deberían suponer un obstáculo para disfrutar plenamente de los numerosos encantos de “El Presidente y Miss Wade”. Es cierto que para ello debemos aceptar el anverso luminoso y el reverso tenebroso de este magnífico guionista; pero créanme, merece la pena. Dentro del «pack Sorkin», obtenemos una infinidad de diálogos repletos de chispa, que se benefician de su exhaustivo conocimiento sobre todo lo que rodea a la Casa Blanca. De esta manera, las peculiaridades que implica ostentar el máximo cargo de un gobierno tan importante (no disponer de tarjetas de crédito, no poder disfrutar de una cena romántica en un restaurante cualquiera sin montar un espectáculo, la imposibilidad de bailar con una desconocida sin que el hecho protagonice todas las portadas de los periódicos al día siguiente, tener que interrumpir un momento romántico para declarar la guerra a otro país…), se convierten en excusas perfectas para crear situaciones atípicas y realmente cómicas.
Pero la película de Rob Reiner, al igual que todo su cine, está repleta de valores y rebosa sentimientos humanos; es adorablemente ingenua e ingenuamente puritana. Pero por encima de todo es emocionante e idealista. Por esta razón, aconsejaría a sus espectadores potenciales que olvidasen por un momento sus filiaciones políticas y se centraran en lo que verdaderamente importa a la hora de ver cine: intentar disfrutar al máximo una obra de arte.
Los diálogos de «El Presidente y Miss Wade» son fácilmente los mejores que Aaron Sorkin ha escrito a lo largo de su carrera; si tenemos en cuenta que el neoyorquino es el responsable de libretos tan reseñables como los de “Algunos Hombres buenos”, “La Guerra de Charlie Wilson” o “La Red Social”, la afirmación anterior adquiere una nueva dimensión. Gracias a ellos, el espectador mantiene una permanente sonrisa en la boca que tan solo se ve interrumpida por alguna que otra carcajada, y diversas reflexiones planteadas en su argumento. Por otro lado, las palabras de Sorkin encuentran en Michael Douglas, Annette Bening y Martin Sheen el mejor vehículo posible para el lucimiento de guionista y actores.
Admito que en el momento de su estreno mis estúpidos prejuicios impidieron que viera esta película; por aquel entonces, no era consciente de la importancia de los nombres implicados en ella. A día de hoy, recomendaría esta película, aunque solo fuera por presenciar la exhibición de un arrollador y carismático Michael Douglas y recordar el buen actor que siempre ha sido Martin Sheen. Pero «El Presidente y Miss Wade» ofrece mucho más; tanto que incluso Frank Capra se levantaría de la tumba para reconocer el mérito de Rob Reiner a la hora de resucitar el espíritu de su cine.
Carlos Fernández Castro
preciosa película, desde principio a fin! se filmo dentro de la casa blanca?
hermosa película, pero donde se filmo? recrearon la casa blanca?
La verdad es que no sabría decirte, Virginia, pero lo dudo. Supongo que es una recreación de la Casa Blanca en el estudio.