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“Monk” (2002-2010)

La sala de interrogatorios se encontraba en los sótanos del edificio, junto a los calabozos. Diminutas celdas, sin luz; apenas la que dejaba entrever una minúscula abertura. Frank miraba hacia ella intentando calcular cuantas horas llevaba encerrado, esperando que alguien se apiadara de él, trayéndole comida o mejor, un pitillo. ¡Cuánto deseaba un cigarrillo! Calculó que debía ser mediodía, a esa hora era cuando el sol refulgía con más virulencia en esa época del año.

La policía metropolitana le metió allí la noche anterior. No le habían dicho nada, sólo se habían limitado a leerle sus derechos, mientras un agente camuflado le retorcía la mano con violencia para ponerle las esposas. ¡Maldito gordo come-donuts! Me la había jugado bien. No sospeché de él. Y encima ni siquiera se como terminó el partido.

Vale, recapitulemos. No había dormido nada y necesitaba pensar con claridad; allí dentro era prácticamente imposible, hacía calor. Les había gritado, había aporreado los barrotes con el plato de las «deliciosas» alubias de ayer. No le oía nadie, o nadie quería oírle. «¿De qué se me acusa?»,preguntaba;»No sé, espera a mañana, el teniente te lo dirá», me decían. «Al menos dejadme hacer una llamada», les grité encolerizado.

Frank sí sabía de que se le acusaba, ¡oh¡ sí, estaba completamente seguro. Le habían cazado, ¿cómo era eso posible? Llevaba años planeándolo, había estudiado hasta el más mínimo detalle, no se le había escapado nada. Se había documentado, había practicado, nunca nadie se fijó en él. ¿Por qué ahora? ¿Era posible que hubiera cometido algún error, ahora que la tormenta y el revuelo social habían cesado? De noche estuvo pensando y repasando sus últimos movimientos y no había nada inusual en su comportamiento, en el trabajo, en su círculo social.

El ruido de la cerradura de la celda le sacó de sus pensamientos. Una pareja de celadores se acercaron a él, preparados, con las porras en la mano. ¡Como si hubiera pensado en escapar de allí! Era imposible, no hubiera llegado ni a las escaleras. Le sacaron a rastras y le metieron en la sala de interrogatorio, las manos encadenadas a la mesa, los dos guardias custodiando la puerta de acceso.

Al cabo de unos minutos entraron tres personas a la sala. Al Capitán y al Teniente ya les conocía, estaban en su casa cuando le apresaron. También había una chica, rubia, pelo corto, no la conocía, parecía fuera de lugar. Agarraba su bolso como si se lo fueran a quitar. Los tres se quedaron mirando hacia la puerta como esperando a alguien. Pasaron los minutos y allí no entraba nadie.

-¡Monk!, ¡quieres entrar de una vez!-dijo el Capitán.

-Vamos, Sr. Monk, la sala es más grande de lo que parece-dijo la chica.

En ese momento un curioso personaje, por llamarlo de alguna manera, hizo acto de presencia. Era un hombre de lo más corriente, si no fuera porque iba todo vestido de gris, con una camisa blanca abotonada hasta el cuello, pero sin corbata. Entró despacito, despacito, mirando a todos lados, como asustado. Extendió el dedo índice de su mano derecha y tocó ambos lados del marco de la puerta antes de traspasarla completamente.

-Este sitio es muy pequeño-dijo Monk.

-Respire hondo Sr. Monk, ya verá como se le pasa, ¿quiere un poquito de agua?- preguntó la chica.

-No, Natalie, ya sabes que yo solo bebo agua embotellada de Sierra Springs y aquí no tienen-contesta Monk.

Frank estaba intrigado, ¿quién era aquél tipo? Un poco raro sí que era. De momento esperaría a verlas venir.

Monk por fin entró en la estancia y el Teniente cerró la puerta. El Capitán se sentó enfrente de Frank, puso una libreta encima de la mesa, junto a unos bolígrafos y miró desafiante al preso. Cuando estaba a punto de empezar a interrogarle…. Una mano apareció por detrás y empezó a ordenar los objetos de la mesa por colores y tamaños.

-Capitán, a éste bolígrafo le falta su tapón-dijo Monk.

El Capitán miró a Monk, suspiró y dijo: -¿Y qué?, se habrá perdido.

-Entonces tendré que quitarles el tapón a los demás, tienen que estar perfectos- aseguró Monk.

-¡Deja en paz los bolígrafos, Monk! Y céntrate en el caso. Frank, éste es Adrian Monk, asesor de la policía de San Francisco y su asistente Natalie. Estamos aquí para resolver el caso de asesinato de su mujer.

-Eso fue hace un año, y que yo sepa ya atraparon a su autor- dijo Frank.

-Tenemos nuevas pruebas que indican lo contrario. El Sr. Monk se ha dado cuenta de algo que se nos pasó en su momento. Te hemos atrapado, Frank-sentenció el Capitán.

-¿Y quién es el Sr. Monk para acusarme de algo?-preguntó irritado Frank.

-El Sr. Monk es el detective más importante de la ciudad. Nunca ha perdido un caso, y ya van más de cien. Si él dice que es Usted, es que lo es- aseguró el Teniente, que no había abierto la boca hasta ese momento.

Entonces el Sr. Monk se acercó a Frank, le miró fijamente, le abotonó un botón de la camisa, y le tendió la mano. Frank no sabía qué hacer; allí estaba ese tío loco acusándolo de asesinato y encima quiere estrecharme la mano. No tengo nada que perder, no tienen pruebas. Y Frank le dio la mano.

-Frank, te cazamos.- dijo. E inmediatamente se giró hacia su asistente y gritó: ¡Natalie, TOALLITA!…..

¿Quién es Adrian Monk? ¿Por qué se comporta de esa manera tan extraña? Posiblemente Monk sea uno de los personajes televisivos a quién más afecto tengo. Han sido siete largos años, esperando con regocijo que Monk hiciera acto de presencia en la escena del crimen, y analizara escrupulosamente las pruebas, resolviendo como si tal cosa el asesinato, el robo o el secuestro. Tiene un don especial para ver lo que los demás no pueden. Se fija en cualquier detalle, se acuerda de cualquier conversación. Pero Monk antes no era así. Monk era un destacado detective de la policía de San Francisco, quién tras el asesinato no resuelto, de su mujer Trudy, entró en una gran depresión, perdió la razón, y sus pequeñas manías se convirtieron en grandísimas manías. Su trastorno obsesivo-compulsivo hace que no pueda disfrutar de su vida, sobre todo debido a sus múltiples fobias (el orden, los gérmenes, las alturas, la gente, la leche, las serpientes, los ascensores,….) y podría seguir toda la noche con ellas.

Con ayuda de una enfermera-asistente (Sharonna Flemming, al principio; ahora Natalie Teager), del Capitán de la policía Stottelmeyer, del Teniente Disher y su psiquiatra, conseguirá, pasito a pasito, ir recuperando su antigua vida. A base de resolver misterios y asesinatos, logra una gran reputación entre sus antiguos compañeros de la policía, en busca de su ansiado regreso al departamento. ¿Conseguirá Adrian Monk resolver el asesinato de su mujer? ¿Conseguirá Adrian Monk volver a la policía? ¿Conseguirá Adrian Monk dejar atrás todas sus fobias?

Con esperanza, esperamos que estas preguntas se resuelvan en la última temporada.

El actor que interpreta con tanto acierto a Monk, no es otro que Tony Shalhoub y en veinte años de carrera, no ha conocido éxito más grande que el que le ha proporcionado este personaje. Estuvo cerca, cuando apareció en unas escenas antológicas, como el alien Jeebs en «Men in Black» (1997) y «Men in Black II» (2002), pero toda su carrera se ha limitado a ser un muy buen actor secundario.

A Ted Levine le hemos podido ver más a menudo en la gran pantalla, su última actuación ha sido acompañando a Leonardo Di Caprio en «Shutter Island», pero siempre será recordado como el ambiguo personaje, llamado «Buffalo Bill» Gump, del film «El Silencio de los Corderos» (1991). Ha pasado muuuuchoooo tiempo y no se me va de la cabeza la excelente interpretación de Levine, baile incluido al ritmo de la canción «Goodbye Horses» de Q Lazzarus. Para el que todavía en el planeta Tierra y parte del Universo no ha visto «El Silencio de los Corderos», le envío un mensaje: ¡Insensato, qué haces que no vas corriendo inmediatamente a comprártela!

En esta serie el personaje de Levine es el del Capitán Leland Stottelmeyer. Amigo de Monk y antiguo compañero del detective, es el que pone la nota seria dentro de todo el histrionismo que impera en la serie, especialmente acuciante con el personaje del Teniente Disher, interpretado por Jason Gray-Stanford, que es la parte más cómica y absurda de «Monk». Gray no ha tenido tampoco una carrera plagada de éxitos, ha trabajado recurrentemente para la televisión y como nota exótica, puso voz a Radditz, que era el  hermano mayor de Goku en la serie que inundó nuestras casas a finales de los 90, «Bola de Dragón Z».  He de decir que el patoso Teniente, endulza capítulo a capítulo con sus bobadas porque en realidad es un niño grande con pistola.

Y en las últimas temporadas apareció sustituyendo a la actriz Bitty Schram, que abandonó la serie por causas desconocidas, Traylor Howard. Esta actriz es conocida gracias a la serie «Tres para todo», estrenada en España en el 2001, y de donde salieron actores como el televisivo Nathan «Castle» Fillion o el cada vez más solicitado Ryan Reynolds, cuando aún no había sido «Enterrado» por Rodrigo Cortés. Interpreta a la ayudante/enfermera/asistente/psicóloga de Monk y para ser sincero no tiene mucha incidencia en la trama general, los guionistas han intentado que Natalie se convierta en la parte racional de Monk; a veces lo consigue.

Stanley Kamer y Hector Elizondo son realmente esa parte más pragmática y racional del detective Monk. Interpretan en diferentes etapas de la serie al Psiquiatra que intenta ayudar a liberar todas las emociones y a dar sentido a su vida. Las sesiones de Monk con él son importantes y esclarecedoras, porque en ellas asistimos a los verdaderos temores de Monk, aunque intente enmascararlos ignorándolos. Es gracias al psiquiatra que el detective rompe algunas barreras de su enfermedad.

Antes he comentado que el Teniente Disher es la parte cómica del show, eso es verdad, pero existen una serie de personajes recurrentes que también aportan lo suyo. Uno de ellos es otro paciente del Psiquiatra de Monk. Se llama Harold Krenshaw y está interpretado por Tim Bagley. Parte de los mejores capítulos son cuando aparece Harold. La rivalidad que se produce entre ambos enfermos por conquistar el aprecio del Doctor es antológica. Son capaces de cometer una barbaridad por agradar al psiquiatra.

Como curiosidad, apuntar el cameo de un gran actor. John Turturro apareció en tres episodios de diferentes temporadas, interpretando a Ambrose Monk, hermano de Adrian. Ambrose es otro personaje peculiar, aquejado de agorafobia y que no sale nunca de su casa. Y podríamos decir que Ambrose es para Adrian, lo que Mycroft Holmes es para Sherlock.

En definitiva, el profundo amor que profesa Adrian Monk a su desaparecida Trudy, es el leitmotiv principal de toda la serie. Descubrir la verdad es lo que le mantiene vivo.A lo largo de las temporadas han ido apareciendo pistas que pudieran conducir al verdadero asesino. Y siempre se han desvanecido sus esperanzas con el final del capítulo. Estoy ansioso por conocer de que manera el sagaz y pertinaz detective resuelve el misterio. Porque estoy seguro de que lo hará.

Si te gusta….Debes Ver

Sherlock (Sherlock, TV BBC,2010)

Muerte en el Nilo (Death on the Nile, John Guillermin,1978)

Si te gusta….Debes Leer

El misterio de la cripta embrujada ( Eduardo Mendoza,1978)

Los renglones torcidos de Diós (Torcuato Luca de Tena,1981)

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