Blog de Cine

Mademoiselle Chambon (2009)

Nota: 7

Dirección: Stéphane Brizé

Guión: Stéphane Brizé, Florece Vignon (Novela: Eric Holder)

Reparto: Vincent Lindon, Aure Atika, Sandrine Kiberlain, Bruno Lochet

Fotografía: Antoine Héberlé

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

«Madmoisselle Chambon» es un film que, siguiendo las enseñanzas de la escuela francesa, se caracteriza por un exquisito cuidado por los detalles, un mimo especial por sus personajes y un ritmo narrativo pausado. En realidad, ofrece exactamente lo que todos esperábamos de ella tras haber visto su trailer: una historia de amor delicada, y basada en las miradas, más que en las palabras.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

Argumento: Jean se dedica a la construcción. Junto a su mujer e hijo forman una unidad familiar aparentemente ejemplar. Un buen día Yvette se lesiona la espalda, razón por la cual Jean tiene que ir a recoger a su hijo al colegio. Allí conoce a Veronique Chambon, una joven profesora que le pide que vaya a clase un día a dar una charla a los niños a cerca de su profesión. Solo tienen un problema que resolver;  ambos se sienten instantáneamente atraídos mutuamente.

El peso de esta película descansa fundamentalmente en la relación de sus personajes protagonistas, Jean y Veronique. Stephane Brize se toma su tiempo a la hora de desarrollar la historia de amor que surge entre los dos, huyendo siempre de los patrones marcados por el imaginario cinematográfico. De este modo, es inevitable que el espectador sienta esta historia mucho mas cercana y creíble de lo habitual, facilitando su identificación con las situaciones que presencia en la película.

Todo ello funciona gracias a unas magnificas interpretaciones de la pareja protagonista; pero sobre todo de Vincent Lyndon, que logra ponerse en la piel de un hombre de gran sensibilidad, cualidad que contrasta con la apariencia ruda y tosca de su personaje. Aún así, no deberíamos obviar el mérito de Brize al conseguir de sus actores momentos tan mágicos como aquel en que ambos, sentados en el sofá, están sintiendo lo mismo, pero no se atreven a cruzar sus miradas tras varias tentativas.

Con su película, Brize coloca un espejo frente al espectador; a través de su historia de amor, logra representar claramente la naturaleza del ser humano. Jean es un constructor que ama su profesión; no es de un verbo especialmente fluido, pero sí una persona sensible, capaz de apreciar el arte y mostrar su cariño hacia su hijo; quiere a su mujer, pero su relación ha caído hace tiempo en la rutina. Veronique es una joven profesora que solía tocar el violín; cada año es trasladada a un colegio distinto, en ciudades de todo el territorio francés; no se opone a ello, ya que todavía no ha encontrado a nadie que haga nacer en ella la necesidad de una estabilidad vital. Al conocerse, cada uno está hambriento de lo que simboliza el otro; aquello que les atrae es lo mismo que hace imposible su relación.

El director francés abusa de los elementos que hacen brillar a la cinta, convirtiéndolos en reiterativos y minimizando su efecto. Aún así, estamos ante una obra gratificante y de una sensibilidad poco habitual. Desgraciadamente el tema, de una manera u otra, ya había sido tratado con una maestría insuperable por el maestro David Lean en «Breve Encuentro». Para quien la haya visto, el recuerdo pesará demasiado.

Carlos Fernández Castro

Si te gustó esta crítica, pincha el botón «Me Gusta» y ayúdanos a crecer. Gracias.

Etiquetas: , , , , , , , ,

Escribe un comentario