Nowhere Boy (2009)

Nota: 7,5

Dirección: Sam Taylor Wood

Guión: Matt Greenhalgh (Memorias: Julia Baird)

Reparto: Aaron Johnson, Kristin Scott Thomas, Anne-Marie Duff, Thomas Brodie Sangster, Sam Bell

Fotografía: Seamus McGarvey

EN POCAS PALABRAS (para los impacientes)

He de admitir que no me gustan los biopic, nunca me han gustado, pero hay algo acerca de esta obra que la diferencia del resto de películas del género. Puede que sea la verosimilitud de la historia que cuenta; tal vez la aparente ausencia de ataduras en favor del «imaginemos que fue así» por parte de su director (o al menos es así como yo lo imagino), o, porque no decirlo, la fascinación que provoca el personaje sobre el que trata esta porción de vida titulada «Nowhere Boy»: John Lennon.

SI QUIEREN PROFUNDIZAR…

Pero no nos equivoquemos, esta no es la típica película destinada a mitómanos; quien espere una radiografía pormenorizada de cómo Lennon formó el mejor grupo de la historia de la música (disculpen la licencia), lo hará en vano. Porque este film habla de sentimientos más que de música. Habla de la necesidad que tiene un chico de quince años de sentirse querido por una madre ausente y de saber qué sangre corre por sus venas; de rebasar con éxito la barrera de la adolescencia y canalizar su pasión a través de la música.

Sí, también habla de música, pero desde una perspectiva muy alejada de la que su protagonista disfrutaría años más tarde. Sam Taylor Wood nos cuenta algo mucho más interesante que la escalada a la fama de un adolescente cualquiera de Liverpool; el director británico revela, con extremada delicadeza, cómo la madre de Lennon hizo nacer en él la pasión por la música, y eso es lo que articula esa preciosa relación de amor materno-filial que narra la película.

Gracias a un guión cuidadosamente escrito, disfrutamos de unos personajes sólidos y muy bien construidos. Un chico (Aaron Johnson) entre las dos mujeres de su adolescencia: su tía Mimi (Kristin Scott Thomas), que le ha educado desde la infancia, y su madre Julia Anne Marie Duff), que inició una nueva vida al ser abandonada por su esposo. Son la cara y la cruz de su vida, y a su vez, las responsables de una personalidad tan compleja y fascinante como la suya. Mimi representa las obligaciones, la disciplina, la rutina, el amor que John no valora suficientemente al tenerlo garantizado. Julia representa el amor maternal recuperado, el libre albedrío, dar rienda suelta a las pasiones y sobre todo, la música.

A parte de lo mencionado anteriormente, esta película constiene una verdadera revelación llamada Aaron Johnson. El actor británico, que un año más tarde interpretaría la divertida y refrescante «Kick-Ass», demuestra una facilidad pasmosa a la hora de interpretar un personaje tan comprometido como John Lennon. Y lo hace con un descaro extraordinario, haciéndonos pensar que estamos viendo en pantalla imágenes de archivo en vez de una película de ficción. La arrogancia, la frescura y la sensibilidad fluyen descontroladamente en su actuación, convirtiéndole en una de las más serias promesas del panorama interpretativo inglés. Respecto al resto del reparto, resaltar a Kristin Scott Thomas, en permanente estado de gracia, y Anne Marie Duff que resuelve con solvencia un dificilísimo reto como actriz, interpretando a una inestable madre de familia.

En definitiva, una pequeña joya de un cine británico actualmente en alza. No se la pierdan. Para los amantes de los Beatles, el visionado incorpora un plus de emoción. A pesar de los prejuicios que puedan tener respecto a la recreación de un John Lennon adolescente, caerán rendidos a los pies de un Aaron Johnson imponente, incluso cuando se sube al escenario. Aquellos que sientan indiferencia hacia los Beatles, que olviden por un momento quien fue John Lennon y disfruten de la película.

Carlos Fernández Castro

Si te gustó esta crítica, pincha el botón «Me Gusta» y ayúdanos a crecer. Gracias.