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Tráiler de Hard to be a God (Qué difícil ser Dios), ciencia ficción 100% rusa

Enigmático, mágico, extraño, potente, absorbente, maravilloso, esquizofrénico, incomprensible, confuso…, son algunos de los calificativos que podría utilizar para describir el tráiler de la película rusa Trydno byt bogom (Hard to be a God), dirigida por el fallecido Aleksey German, que adapta la novela de ciencia ficción homónima de los hermanos Arkady y Boris Strugatsky, escrita en 1964. Los Strugatsky se convirtieron en los autores de ciencia ficción más importantes de la extinta Unión Soviética, gracias a sus obras, claramente influenciadas por H.G. Wells, Conan Doyle, Julio Verne o el escritor ruso Iván Yefrémov. Su novela más famosa fue Picnic Extraterrestre, adaptada a la gran pantalla por Andréi Tarkovski en Stalker(1979).

Qué difícil ser Dios, título por el que se la conoce en España, fue su primera novela, escrita en 1964, editada en España por la editorial Gigamesh, conocida por ser la responsable de la edición de la colección de Juego de Tronos, que la describe como la novela más universal de los maestros de la ciencia ficción rusa, donde los geniales escritores se preguntaban acerca del lado oscuro y las limitaciones del alma humana.

La sinopsis del mismo narra la odisea de la raza humana cuando descubre en un futuro lejano un planeta habitado por humanos en un periodo similar a nuestra Alta Edad Media. Un antropólogo camuflado entre ellos, Don Rumata de Estor, observará las brutalidades de esa era sin poder intervenir. Don Rumata es un aristócrata con una posición de privilegio en la corte de Arkanar, un prohombre cuya compañía es tan codiciada como su alcoba y de quien se cuentan hazañas milagrosas. Pero mientras que se desenvuelve con soltura entre duelos e intrigas palaciegas, se siente impotente a la hora de entender los mecanismos de represión que embrutecen el reino. Y su tragedia personal es que, como observador, sabe que no puede ni debe influir en el curso de los acontecimientos.

Ya en 1989, Peter Fleischmann, dirigió una adaptación titulada El Poder de un Dios, con guión de Jean-Claude Carrière, y protagonizada por Edward Zentara y Werner Herzog, que apareció y ganó el premio al mejor guión y mejor banda sonora del Festival de Sitges. Fue tanto el éxito de la novela que incluso existe un video juego basado en las aventuras de Don Rumata .

En esta ocasión el fallecido director Aleksey German, quién adapta de nuevo la novela, no ha podido disfrutar del éxito de ver su película terminada. Svetlana Carmelita, su mujer y eterna guionista de sus obras, y su hijo, también director, Aleksey A. German, finalizaron el rodaje de Hard To Be a God.

German fue un actor y director poco prolífico, ya que únicamente dirigió seis películas, siendo las más conocidas Control en los caminos (1971) y Mi amigo Ivan Lapshin (1984). Tras quince años de ostracismo, German tuvo la suerte de presentar de nuevo una película en competición, concretamente en el Festival de Roma, así como en el de Göteborg, mientras Cannes ya tiene título para ella en francés, aunque no pueda ser partícipe de su caminar cinematográfico.

El film está protagonizado por Leonid Yalmornik, como el protagonista Don Rumata, acompañado de un elenco de desconocidos actores rusos, Evgeniy Gerchakov, Aleksandr Ilin,  Yuriy Tsurilo y Aleksandr Chutko, entre otros.

Tres largas horas de filmación en puro blanco y negro, Que difícil ser Dios, no parece que se convierta en  una película recomendable para todos los públicos. Los directores de fotografía Vladimir Ilyin y Yuri Klimenko han realizado una labor encomiable dando vida a la brutal, oscura y perturbadora Edad Media, un mundo que carece de cualquier atisbo de humanidad.

La crítica: Qué Difícil es ser Dios

Hillman

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