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Del Revés (Inside Out) (2015)

Inside outNota: 9

Dirección: Pete Docter, Ronaldo del Carmen

Guión: Michael Arndt (Hitoria: Pete Docter)

Reparto: Animación

Estudios: Pixar Animation Studios, Walt Disney Pictures

Duración: 93 Min.

Que levante la mano quién no se toma en serio el cine de animación. Quizás yo debería ser el primero en hacerlo, pero después de haber visto ‘Del Revés‘ me veo en la obligación de rectificar y empezar a saldar deudas pendientes con un cine al que nunca he prestado demasiada atención. Más allá de la intensa emoción que desprenden sus imágenes, la nueva película de Pixar rebosa imaginación en cada plano y hace gala de un sensacional ritmo narrativo en el que las aventuras más frenéticas conviven armoniosamente con un buen número de momentos para la introspección.

Salta a la vista que los ejecutivos de Pixar y Disney nos la han querido vender ‘Del Revés’ como un producto más de su mágica alianza, pero indudablemente no lo es. Los más pequeños caerán rendidos al festival cromático que ofrece la película, pero nunca llegarán a conectar con su argumento. Sin embargo, tanto los padres de familia como esos adultos que siguen preguntándose quiénes son y a dónde van, encontrarán la manera de responder algunas de sus preguntas más existenciales o identificar las emociones que sienten en cada momento.

Emociones de Inside Out

El padre de Riley encuentra trabajo en San Francisco y la familia debe dejar su Minnesota natal para emprender una nueva vida en la soleada costa californiana. Atrás quedan los amigos, el equipo de hockey y todos los recuerdos de infancia. A partir de este momento, Pete Docter y Ronaldo del Carmen, directores del film, imponen una doble línea argumental para narrar la nueva vida de Riley: la primera transcurre en su ámbito familiar, y la segunda se desarrolla en su centro de operaciones emocional, donde alegría, tristeza, miedo, ira, y asco intentan adaptarse a las nuevas circunstancias.

Tal y como indica la lógica, el comportamiento de Riley es consecuencia del mayor o menor peso que adquieren sus emociones en cada situación, o de sus reacciones ante los estímulos externos. Y en este aspecto es en el que ‘Inside Out’ se muestra como una obra verdaderamente única. El mero hecho de intentar comprender a la protagonista, en función de la emoción que toma las riendas de sus actos, es un verdadero reto para el espectador, así como una invitación irrechazable para indagar en la propia naturaleza de sus decisiones.

Puede sonar sencillo, pero sus directores no se limitan a mostrar el comportamiento jovial de la protagonista cuando alegría lleva la voz cantante, o su desconsolado llanto cuando tristeza aprovecha el descuido de sus compañeros y se hace con el poder de los mandos. Estamos ante un análisis complejo en el que se aborda detenidamente la naturaleza de las emociones, prescindiendo de simplismos como la demonización gratuita de la ira o el miedo (cruciales en nuestra vida) o la etiquetación de los estados de ánimo sin tener en cuenta que pueden estar provocados por más de una emoción.

La familia de Riley en Inside out

Al tratarse de animación, las posibilidades de abordar el funcionamiento de nuestra mente son ilimitadas, y los responsables de la película, lejos de sentirse abrumados, piensan en grande desde la primera secuencia. No solo se centran en las emociones citadas, sino que construyen un contexto ideal para el desarrollo de sus aventuras, en el que tienen cabida algunos de los conceptos esenciales en la vida de cualquier persona: la isla de la familia, la isla de la amistad, el mundo imaginario, el cuarto destinado al subconsciente, el abismo de los pensamientos olvidados, el archivo de los recuerdos…

De esta manera, la típica historia de la familia que se muda y sus consiguientes problemas de adaptación, adquiere una dimensión mucho más estimulante. Como es de suponer, la vida real y la emocional se solapan constantemente, dando lugar a una narración tan dinámica como lógica. Tal vez, la línea argumental dedicada a la nueva vida de Riley responda a un esquema demasiado manido en el cine infantil, pero su íntima conexión con las aventuras de alegría y compañía, sustituye la sensación de rutina por la total involucración del espectador.

De lo expuesto anteriormente, podría deducirse que estamos ante una película eminentemente sesuda. Sin embargo, el conjunto está generosamente rociado por el delicioso sentido del humor de Michael Arndt, responsable conceptual del derroche de imaginación e ingenio que es esta película. La excelente traducción visual del guión a cargo de sus directores, convierte ‘Inside Out’ en un caso evidente de «tanto monta monta tanto, Michael Arndt como Pete y Ronaldo». No sólo es una de las películas del año, sino que se convertirá instantáneamente en uno de esos clásicos que jamás caerán en el abismo de los recuerdos olvidados.

Carlos Fernández Castro

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