Historia de un matrimonio (Marriage Story, 2019)
Dirección: Noah Baumbach Guion: Noah Baumbach Reparto: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Ray Liotta, Alan Alda Fotografía: Robbie Ryan Duración: 136′
Por lo general nadie se percata del momento en que empieza a agrietarse una historia de amor. Deberíamos aprender a detectarlo, pero no miramos más allá de nuestro ombligo hasta que es demasiado tarde. Todo se rompe en mil pedazos y el amor no es suficiente para devolverlo a su estado inicial. Llega la hora de los rencores y de recurrir a lo barrido bajo la alfombra durante toda una relación. Siempre hay quien ha tomado sin pedir permiso y quien se ha dejado tomar sin oponer resistencia. Veredicto: culpable el acusado y culpable la víctima.
A tenor de su autenticidad, Historia de un matrimonio se antoja como un escenario muy familiar en la trayectoria vital de Noah Baumbach. Tal y como evidencia su cine, las rupturas matrimoniales han marcado la existencia del director neoyorquino. Si en Una historia de Brooklyn (2005) retrataba el divorcio de sus padres, en esta nueva película se inspira en sus vivencias personales con Jennifer Jason Leigh para relatar el mismo proceso. Dos películas complementarias si tenemos en cuenta que la primera es narrada desde el punto de vista de los hijos y la segunda desde una perspectiva mas adulta. En ambos casos, material de primera mano.
Este tipo de narraciones suelen ser el resultado de la típica tensión entre veracidad y parcialidad. Y a quién le interesa la realidad cuando puede puede imponer su propia versión de los hechos sin una oposición que la desmienta. Sin embargo, Noah Baumbach escoge el camino de la autocrítica (según se deduce de la reacción de Jennifer Jason Leigh tras ver la pelicula) y nos regala una confesión sincera y desgarradora de su experiencia. En Historia de un matrimonio la culpabilidad y la inocencia se reparten a lo largo del proceso de descomposición del matrimonio y del posterior procedimiento judicial por la custodia del hijo en común.
De esta manera, la ley se convierte en la herramienta ideal para convertir el divorcio entre (sensacionales los dos) Adam Driver y Scarlett Johansson en una batalla a muerte entre dos personas que todavía se quieren. Por esa misma razón son tan importantes las aportaciones de Laura Dern y Ray Liotta a la hora de encarnar la voracidad de un sistema competitivo, materialista y despojado de cualquier atisbo de humanidad, que invalida el juego limpio del abogado interpretado por Alan Alda. Un reflejo más del american way of Life, representado a su vez por esa oposición entre la progresista Nueva York, residencia del matrimonio antes de que se desaten las hostilidades, y la insaciable Los Ángeles, que habilita la posibilidad de regir el combate por la ley del más rico.
De esta manera Historia de un matrimonio abandona la zona de confort del director, casi siempre fiel a su Manhattan habitual. Del mismo modo, se aprecia un ligero cambio en las fuentes de las que bebe su cine: de los ecos de Woody Allen pasamos a las influencias de Ingmar Bergman, maestro espiritual del primero. Incluso podemos apreciar en la vivienda conyugal la presencia de un póster de la adaptación teatral de Secretos de un matrimonio (1973), que en algún momento ha dirigido el personaje interpretado por Adam Driver.
No obstante, Baumbach se mantiene fiel a su estilo. Dónde el director sueco imponía un sadismo casi insoportable, en Historia de un matrimonio encontramos un humanismo que sofoca la agresividad de algunas escenas y el malestar que transmite el argumento narrado. De ello se encarga el neoyorquino al diseñar el sensacional arranque de su película y un desenlace que representa todas las virtudes de uno de los mejores guionistas de la actualidad. El espectador no puede más que debatirse entre la sonrisa y el llanto y aceptar la vida tal y como es: un juego en el que no te define la victoria o la derrota, sino la honestidad con que juegas tus cartas.
Carlos Fernández Castro