Confinamiento 06/04/2020: Jeannette, la infancia de Juana de Arco (2017)
Me pierde el cine de Bruno Dumont, ya sea en su vertiente más sórdida o en la más experimental. Evidentemente, Jeannette, la infancia de Juana de Arco pertenece a ese segundo grupo donde lo mismo encuentras un musical que una comedia surrealista con tintes sociales o una serie de intriga barnizada con la extraña comicidad de este director. Como ya ocurriera con La alta sociedad (Ma Loute, 2026), está película descoloca desde su primera secuencia.
Huelga decir que no estamos ante una película infantil, por mucha infancia que encontremos en su título, ya que en ella asistimos a una lucha interior impropia de una niña de ocho años. Juana recibe el mensaje de Dios, pero no es capaz de comprender la asignación de semejante misión: liberar a Francia de los ingleses. Tampoco es un musical al uso, a pesar de sus múltiples canciones y números musicales.
A través de la música, Dumont exterioriza monólogos interiores y encuentra formas alternativas de articular diálogos que, de otra manera, hubieran resultado forzados e incluso involuntariamente cómicos. Sobre el papel, la puesta en escena de la película promete esperpento, pero la ejecución del cineasta francés consigue dotarla de trascendencia y misticismo.
Contra todo pronóstico, las guitarras distorsionadas, los fraseos dylanescos y los ritmos de rap encajan en la dinámica general de una película que, además, cuenta con el rostro fascinante de una actriz que combina ingenuidad, inexpresividad e inexperiencia. Jeannette nos demuestra que siempre hay maneras diferentes de reescribir la misma historia de siempre. De otra manera, ¿cuánto nos duraría el arte?
Carlos Fernández Castro