Confinamiento 21/03/2020: Piel de asno (1970)
El musical es uno de los géneros evasivos por excelencia. Por esa razón, anoche programé un cineforo virtual en el que proyectamos Piel de asno, una de las películas más emblemáticas de Jacques Demy. Aprovechando su inspiración en un cuento Charles Perrault, esta película hace gala de una estética de lo más kitsch, en la que brilla con luz propia su diseño de producción.
Demy nos transporta a un mundo de ensueño gobernado por la ingenuidad típica de los romances entre príncipes y princesas. Sin embargo, también nos encontramos con pequeñas dosis de realidad, presente y pasada, que recuerdan las maldades del ser humano e invitan a mirar la película con ojos de otra época. Catherine Deneuve deslumbra incluso bajo su piel de asno y solo es eclipsada por las apariciones de una glamourosa Delphine Seyrig.
A pesar de un cierto esquematismo, sus números musicales aportan un plus de encanto a un argumento que, inevitablemente, intuimos de principio a fin. No obstante, Piel de asno se disfruta gracias a la personalidad de su director, apreciable en cada plano, y a la convicción con la que sus actores se entregan a los personajes. Durante noventa minutos, nos sumergimos en un universo mágico de vestidos imposibles y romances instantáneos que nos hacen escapar del #yomequedoencasa.
Conviene no profundizar en el argumento para evitar una lectura más realista de este cuento, según la cual el amor estaría reservado para las clases altas y el trabajo, la suciedad y la prestación de servicios quedan reservados para los ciudadanos de segunda clase.
Carlos Fernández Castro