Creed. La leyenda de Rocky (Creed) (2015)
Nota: 7
Dirección: Ryan Coogler
Guión: Ryan Coogler, Aaron Covington
Reparto: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thomson, Phylicia Rashad, Will Blagrove, Juan Pablo Veza
Fotografia: Maryse Alberti
Duración: 132 Min.
Durante los últimos años, hemos sido testigos de la resurrección de algunas sagas cinematográficas que pensábamos ya extinguidas. Algunas afortunadas, como se pudo comprobar en Mad Max: fury road, y otras no tanto, tal y como demostró Steven Spielberg perpetrando esa herejía titulada Indiana Jones y la calavera de cristal. Incluso podríamos colocar en un punto intermedio la rutinaria y relativamente gozosa Rocky Balboa (2006). Pero todo tiene un limite. Y en este último caso, los responsables de la franquicia que convirtió a Sylvester Stallone en toda una estrella a finales de los años 70 han sabido exprimir la gallina de los huevos de oro de una manera tan efectiva como novedosa.
Y es que Creed se saca de la manga un protagonista inesperado, pero mantiene la presencia del siempre carismático Rocky Balboa. Una jugada maestra en la que el mítico púgil es el encargado de retener a los incondicionales de la saga y tender un puente entre dos generaciones separadas por más de treinta años, para entregar el testigo a un nuevo mito: Adonis Creed, hijo de Apollo Creed, el que fuera campeón de los pesos pesados en Rocky, cediera el título en favor de Balboa en Rocky II, y muriera a guantes del mismísimo Dolph Lundgren en la ya sonrojante Rocky IV.
Sin lugar a dudas, la presencia de Michael B. Jordan ha sido otro de los grandes aciertos a la hora de emprender esta nueva aventura. El protagonista de Fruitvale Station hace gala de una portentosa presencia, así como del carisma necesario para ponerse en la piel de un don nadie que perfectamente podría compaginar las labores de un abogado laboralista y las de un aspirante a estrella del boxeo. Pero la verdadera clave del éxito de Creed radica en la elección del guionista y director Ryan Coogler, quien a pesar de su escasa experiencia, demuestra un gran sentido del espectáculo y un magnífico pulso narrativo.
Como hemos comprobado en demasiadas ocasiones, ni siquiera el hecho de actualizar un mito cinematográfico, sin desmarcarse apenas del original, garantiza el éxito de una película. Sin embargo, se percibe la veneración que Coogler siente por la saga, especialmente por esa primera entrega con la que Creed comparte estructura argumental, historia de amor entre dos seres que pertenecen a universos paralelos, e incluso relación paternofilial entre boxeador y entrenador. El director afroamericano repite el abc que convirtió Rocky en el sleeper de 1979 y lo adapta a la era de la globalización: el héroe cambia de color de piel y ademas tiene estudios; su chica también siente la necesidad de sentirse realizada en el ámbito profesional; los admiradores que corrían junto a Rocky por las calles de Philadelphia ahora acompañan a Adonis a lomos de sus estruendosas motos.
En resumidas cuentas, podríamos decir que Coogler actualiza la fórmula muy acertadamente, pero no tiene las agallas suficientes como para salirse de la ruta preestablecida. Sin embargo, sí se atreve a demostrar sus virtudes técnicas, como queda patente, entre otros pasajes del film, en el primer combate de Adonis, rodado a través de un complejísimo y fascinante plano secuencia que firmaría el mismísimo Robert Altman. Exhibiciones aparte, Creed tiene ritmo, tiene gancho y sobre todo tiene corazón. Seducirá a los profanos en el universo de Rocky y provocará una sonrisa nostálgica a los que vayan identificando los múltiples guiños con los que está salpicada esta emocionante película.
Carlos Fernández Castro