La espera (L’Atessa) (2015)
Nota: 6
Dirección: Piero Messina
Guión: Giacomo Bendotti, Ilaria Macchia, Andrea Paolo Massara
Reparto: Juliette Binoche, Lou de Laâge, Domenico Diele, Giorgio Colangiti, Giovanni Anzeldo
Fotografía: Francesco di Giacomo
Duración: 100 Min.
Una imagen cubierta de la Virgen es transportada en un camión. Sicilia se prepara para la Pascua, esa ritual representación de duelo y esperanza, pero el rostro de otra madre no puede disimular el dolor de la pérdida real que, como un viscoso sistema circulatorio, invade todo su cuerpo. Su cara, ya sin lágrimas, es una cartografía del desconsuelo, el paisaje después de una batalla, más plano general que primer plano. Sobre este rostro -el de Juliette Binoche con ecos de Azul– pivota La espera (L’Attessa, 2015) opera prima de Piero Messina. Si ese es el espejo de su alma, el caserón donde vive solitaria es la metáfora de su estado de ánimo, un interior cerrado por el luto con las estancias en penumbra que el director, elegante y sigiloso, recorre con su cámara.
La llegada de Jeanne (Lou de Laâge) novia de su ausente hijo Giuseppe e invitada por él a pasar las vacaciones de Pascua iniciará entre ambas un proceso de transferencia y (re)conocimiento que desde los secretos hasta las revelaciones construyen la espera del título. Una espera muy diferente en cada caso; para la joven la posibilidad de reencontrarse con su amor, para Anne (Binoche) poder demorar la asunción del paso del tiempo y las pérdidas de la vida: la juventud, las ilusiones, el amor, los seres queridos…
Silenciosamente, como las palabras no dichas, como las liturgias, avanza este drama que, a pesar de sus convincentes interpretaciones y su notable factura, no acaba de cuajar: Messina -ayudante de dirección de Sorrentino en La Gran Belleza– parece más preocupado por la estética de sus encuadres que en construir secuencias intensas y veraces. Así, la obra, interesante en otros aspectos, queda lastrada incluso hasta el encuentro final de Anna con la Virgen donde el autor explora más las posibilidades visuales de la procesión que la forma de transmitir el emocionante sentido de la secuencia y sus paralelismos: reconocimiento y revelación, plegaria y resignación. Porque el milagro no es resucitar, el milagro es estar vivo. Y mientras hay vida, hay esperanza.
José Félix Collazos