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The Neon Demon (2016)

poster-de-the-neon-demonNota: 7

Dirección: Nicolas Winding Refn

Guión: Nicolas Winding Refn, Mary Laws, Polly Stenham

Reparto: Elle Fanning, Keanu Reeves, Jena Malone, Christina Hendricks, BellaHeathcoat

Fotografía: Natasha Braier

Duración: 117 Min.

Si le pidiéramos al director de The Neon Demon una definición de belleza, probablemente respondería algo así como «un regalo, una maldición, ambas cosas al mismo tiempo». No en vano, se trata de un concepto que siempre ha estado íntimamente ligado a su filmografía. Sin ir más lejos, no han sido pocos los que han condenado la estética vacía y el escaso contenido de su cine. Y tampoco escasean los que admiran su deslumbrante estilo visual y lo responsabilizan del calado intelectual de sus películas. ¿Quién tiene la razón? ¿Quién se equivoca? Quizás encontremos la respuesta en la protagonista de su última alucinación.

Porque The Neon Demon sigue los pasos de una deslumbrante (o eso nos quiere hacer creer el bueno de Nicolas Winding Refn) joven, que irrumpe en el mundo de la moda tras haber abandonado uno de esos pueblos americanos que nadie sabe colocar en un mapa. No tiene estudios, tampoco inquietudes, carece de tema de conversación y ha perdido a toda su familia. Podríamos decir que se trata de un personaje vacío. Sin embargo, es poseedora de ese tipo de bellezas que harían morir de envidia a cualquier modelo, arder de deseo a cualquier hombre o mujer, suplicar su presencia en el próximo desfile del mejor diseñador de moda. En resumidas cuentas, un magnífico envoltorio repleto de aire…¿cómo las películas de su director?

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Es posible que Nicolas Winding Refn se haya cansado de escarbar en el interior de sus personajes y haya optado por retratar las consecuencias, tanto en el observado como en el observador, de algo tan superficial como una belleza extrema. Para semejante propósito, el danés vuelve a desenfundar todo su poderío visual, que si bien no es suficiente para compensar el escaso atractivo de su actriz principal, sí lo es para construir una atmósfera desquiciada y compuesta por el material del que están hechas las pesadillas.

Asistimos a la enésima tentativa de definir un estilo propio por parte de un cineasta esclavizado por su propio ego. Y aunque en algunos pasajes (fundamentalmente en los surrealistas y oníricos) detectamos un peligroso aroma a David Lynch en la gestión del encuadre y en el diseño de producción, también encontramos a un Nicolas Winding Refn más entonado que en su anterior trabajo (Solo Dios perdona). En los planos de The Neon Demon volvemos a disfrutar de la habitual armonía entre la música de Cliff Martínez y unas imágenes que, en esta ocasión, se esfuerzan por expresar la enorme fuerza de atracción que puede llegar a ejercer la belleza, un atributo tan aparentemente banal como socialmente venerado, sobre el entorno más cercano de quién la posee.

De alguna manera, el universo de las pasarelas se revela como el contexto ideal para reflexionar sobre los peligros que implica quedarse en la superficie de un momento vital, de una persona y, por qué no, de una forma de hacer cine. Puede que ni siquiera nos encontremos ante una reivindicación personal, pero, conociendo al autor de esta película, no sería muy descabellado pensarlo.

Carlos Fernández Castro

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