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Pat Garrett y Billy el Niño (Pat Garrett and Billy the Kid) (1973)

poster de pat garrett y billy el niñoNota: 8

Dirección: Sam Peckinpah

Guión: Rudy Wurlitzer

Reparto: James Coburn, Kris Kristofferson, Jason Robards, Bob Dylan, Slim Pickens, Katy Jurado, Harry Dean Stanton, Jack Elam

Fotografía: John Coquillon

Duración: 122 Min.

Pat Garrett: ¿puedo ir al grano?
Billy el Niño: Para eso has venido
Pat Garrett: La ciudadanía te quiere fuera del país.
Billy el Niño: ¿Me lo están diciendo o me lo están pidiendo?
Pat Garrett: Te lo pido yo, pero en 5 días te obligaré a ello. Voy a ser sheriff del condado de Lincoln
Billy el Niño: El viejo Pat, sheriff Pat Garrett, que se ha vendido al clan de Santa Fe. ¿Cómo te sientes?
Pat Garrett: Es como si los tiempos hubiesen cambiado
Billy el Niño: Puede que los tiempos lo hayan hecho, pero yo no…Adios Pat
Pat Garrett: Adiós Bill
Billy el Niño: No abuses de tu suerte
Pat Garrett: No me preocuparía de mi suerte. (Pat desaparece de la cantina)
Un acólito de Billy el Niño: ¿Por qué no le has matado?
Billy el Niño: ¿por qué?…es mi amigo.

Todavía recuerdo como si fuera ayer, la primera vez que escuche «Blood Money», uno de los mejores temas del magnífico e infravalorado debut en solitario de Jon Bon Jovi. La intención era dotar de una potente banda sonora a la innecesaria secuela de «Arma Joven», únicamente concebida para el lucimiento personal de un grupo de actores, que monopolizaban las carpetas de millones de adolescentes en los años 90 (Emilio Estevez, Christian Slater, Lou Diamond Phillips, Kiefer Sutherland). Al igual que la primera parte, la película no estaba a la altura de sus carismáticos personajes. Sin embargo, sus canciones destilaban la melancolía y la nostalgia que requería una historia de amistad como la de Patt Garrett y Billy el Niño.

kristofferson y coburn

Me inclino a pensar que la inspiración del cantante americano tuvo su origen en el visionado de «Pat Garrett y Billy el Niño«, película en la que dos forajidos ven peligrar su longeva amistad, cuando uno de ellos acepta el cargo de sheriff y se convierte en la principal amenaza del otro. La película de Sam Peckinpah retrataba el oeste de una manera diferente a como lo habían hecho los directores clásicos. En ella, encontramos el germen de «Grupo Salvaje», obra cumbre de su filmografía y sublimación de todas sus obsesiones. Sin embargo, sería injusto etiquetar el western protagonizado por Kris Kristofferson y James Coburn como una tentativa frustrada, puesto que hace gala de suficientes virtudes para ser considerado un hito en la historia del género.

Desde la primera secuencia, el director deja claro que Pat Garrett acaba haciendo aquello para lo que ha sido contratado: deshacerse de Billy el Niño. Algo evidente para los conocedores de la mitología propia del western, pero que cualquier neófito en la materia podría desconocer. Porque lo importante no es el desenlace, sino el camino hasta llegar al mismo. El director americano deshecha las posibilidades que ofrece el suspense, y apuesta por el desarrollo de los personajes y sus motivaciones. A pesar de ello, «Pat Garrett y Billy el Niño» es una película emocionante, en la que cada paso hacia el encuentro final, implica una mayor profundización en la amistad de los dos protagonistas, y en las circunstancias que determinan sus actos.

james coburn

En el oeste de Sam Peckinpah, impera la ley del más fuerte. Tan pronto puedes llevar una placa de sheriff, como ser el criminal más buscado. En un suspiro, tu mejor amigo puede convertirse en la espada de Damocles, que caerá sobre tu cuello si tiene que hacerlo. En el hábitat natural de Pat Garrett y Billy el Niño, todos conocen las hazañas y fechorías de los héroes y villanos de siempre, que sobreviven bajo una inmensa nube de polvo llamada Far West. Un universo con reglas propias y paisajes aparentemente idílicos, que invitan a reinventar el concepto de civilización, y a realizar las gestas más valerosas.

«Pat Garrett y Billy el Niño» está concebida como un falso juego del gato y el ratón, en el que el primero no tiene un especial interés en cazar al segundo. Sin embargo, tal y como se deduce de la secuencia inicial, ninguno de los dos es dueño de su propio destino, y en el fondo, ambos parecen aceptarlo con dignidad, aunque se resistan al mismo y no actúen con la diligencia que exigen sus respectivos roles (perseguidor y perseguido). Es aquí donde Peckinpah demuestra su romanticismo, apostando por la amistad en un contexto donde salvar el pellejo debería ser la máxima prioridad.

kristofferson y dylan

Para entender esta película, debemos tener en cuenta que para su director, los mitos están por encima de las personas. No importa que dispares a tus enemigos por la espalda, siempre que tengas éxito con las mujeres, tu vida llene las páginas de los periódicos, y las autoridades pongan un precio relativamente alto a tu cabeza. Nadie llorará la muerte de un hombre normal y corriente. Pero si eres una leyenda, serás recordado para siempre, y los niños lanzarán piedras cada vez que identifiquen al responsable de tu muerte.

Probablemente, jamás existió un personaje como el que interpreta Bob Dylan en la película; un tipo que por su físico, su mirada y su actitud, nunca hubiera sobrevivido a los violentos tiroteos que el director recrea en su mundo ultraviolento. Supongo que los hombres y mujeres que vivieron esa época, y habitaron esos pueblos remotos de los Estados Unidos, no tenían la cultura necesaria para expresarse como lo hacen los personajes de «Pat Garrett y Billy el Niño». Probablemente, el oeste de Sam Peckinpah nunca existió, y esta película fue tan sólo una excusa para exponer su concepto de la amistad. Y quizás, yo sólo haya escrito este texto porque cuando vi esta película encontré el sentido de la canción que menciono en el primer párrafo. ¿Y a quién le importa el porqué de lo que se hace con el corazón?

Carlos Fernández Castro

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