64 edición del Festival internacional de cine de San Sebastián (Crónicas del 22 y 23 de septiembre)
Las dos últimas jornadas del Zinemaldia vienen marcadas por dos eventos de especial relevancia. El jueves, en un ambiente íntimo y familiar, se celebró el homenaje al fallecido Josetxo Moreno, fundador y gerente de Golem, al que José Luis Rebordinos, director del festival, dedico un emotivo discurso en el que aprovechó para pedir apoyo a las pequeñas distribuidoras que acercan al gran público un cine difícil de ver fuera del circuito especializado. Por otro lado, el viernes se proyectó el debut de Ewan McGregor tras la cámara, recibido en una alfombra roja tan expectante por la presencia del actor como indiferente ha sido la recepción de su película. El festival cierra por todo lo alto en espera de la deliberación del jurado, que se enfrenta a una sección oficial cargada de thrillers, gigantes, dramas juveniles y sin una clara favorita.
La Reconquista (Sección oficial), por Mateo Sánchez Martínez
El «no estilo» que Jonás Trueba afirma haber alcanzado con La Reconquista no es sino una transustanciación al celuloide de la melancolía provocada por el primer amor, tan puro como imposible de resucitar. El reencuentro tras 15 años de dos amantes de juventud a los que, como diría Sabina, se les gastó el amor de tanto usarlo, y que entre promesas de pasión eterna vieron su relación consumida por el tiempo, es la excusa con la que el realizador nos habla de emociones y personajes. Emociones que consumen los planos y requieren del espectador mucha complicidad y, en algunos momentos, predisposición para entrar en una narrativa pausada e intima; y personajes entrañables que en una cita nocturna reviven un pasado ya inalcanzable, una reconquista de sentimientos perdidos y cartas olvidadas. Una historia con la que identificarse, enamorarse y dejarse llevar.
American pastoral (Sección oficial fuera de concurso), por Mateo Sánchez Martínez
Ewan McGregor se enfrenta a su primer proyecto como realizador con la valentía que conlleva la adaptación de una obra ganadora del Pulitzer. Pretendido retrato de la transición generacional que provocó la Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos, American Pastoral no supone mayor revelación que la de una historia sencilla, bien contada e interesante en la medida en que el drama de un idealismo llevado al absurdo pueda interesar. Trabajo correcto sobre un reparto que falla por momentos y que ha sido recibido en Donostia por algunos espectadores casi como una comedia involuntaria.
El invierno (Sección oficial), por José Félix Collazos
Sobre el inmenso, inhóspito paisaje de la Patagonia dos hombres se baten en duelo por la supervivencia. En este marco, una especie de western reformulado, la película argentina en la sección oficial construye una obra social de pincelada naturalista sobre un guarda que ha pasado su vida aislado a cargo de una finca de explotación y que es sustituido por otro más joven, dejándolo absolutamente desnortado. La rivalidad y la defensa de un espacio más vital que físico evolucionará con el paisaje durante el crudo invierno, un tiempo fílmico pautado en la pantalla con una clara influencia del cine minimalista de Lisandro Alonso. Tan bellamente rodado como tedioso, el film propone una lectura política sobre dos hombres y un (mismo) destino: el de los trabajadores, simples peones sustituibles y sometidos a los intereses de los patrones.
Rage (Sección oficial), por José Félix Collazos
Sin duda la mejor cinta del trío asiático a competición, un continente que lleva más de una década a la cabeza de la creación cinematográfica. La película del japonés, nacido coreano, Lee Sang-il contiene lo mejor de estas filmografías para narrar una historia sobre la confianza. Lo que comienza como un thriller deriva hacia tres emocionantes tramas paralelas que introducen delicadamente temas tan sensibles como la prostitución juvenil, el abuso, la violación, enfermedad terminal, amor adolescente o la sexualidad de los disminuidos psíquicos. Tan pausada como un pequeño vals para introducirnos en su universo como para despedirnos de él, la película prolonga su final cerrando sus historias con emoción y un sabor agridulce puntuado por una deliciosa banda sonora.
Yourself and Yours (Sección oficial), por José Félix Collazos
La propuesta de este Rohmer coreano está plagada de las constantes del cine del maestro francés: estáticos planos, largos diálogos y entrañables personajes -con incontinencia verbal- de comportamiento contradictorio en busca del amor y su propio lugar en el mundo (de los sentimientos). La historia de un joven pintor que busca a su novia -una joven de múltiple personalidad- es la historia de una chica que a su vez se busca a sí misma y la aceptación de los demás. El pequeño tono de comedia cotidiana y enredo de identidades se malogra con una confusa construcción del personaje principal y un básico -no confundir con depurado- uso de la cámara, lo que convierte este film en una pieza menor más que en una pequeña obra.