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Crónicas desde el 13 Festival de cine europeo de Sevilla (2ª parte)

El Festival de cine europeo de Sevilla (SEFF) entra en su recta final y la cita nos deja las mismas buenas sensaciones que en los últimos años: una etapa ascendente bajo la nueva dirección que aprovecha las sinergias de otros festivales y convierte el “defecto” de su celebración a finales de año en virtud al presentarse como imprescindible escaparate anual de los trabajos más destacados de una filmografía, la europea, que a pesar de la estimulante aparición de otros epicentros sigue siendo un referente del “cine de autor” y la creación cinematográfica.

XIII Festival de cine europeo de Sevilla

La interesante sección oficial se ha completado con otras como “Las nuevas olas” o “Resistencias” que inequívocamente apuestan por la indagación, los nuevos valores y otras miradas (de ficción o documentales) en el horizonte del viejo continente. Si a todo esto le sumamos la sección que recupera clásicos y la selección de la Academia de Cine Europeo, podemos asegurar que el gran angular en el que se ha convertido la cita nos da una visión más que panorámica sobre las últimas obras producidas al norte de la capital andaluza.

Aquí una breve muestra de las obras de las que hemos disfrutado y que vienen a completar la anterior crónica de Carlos Fernández Castro.

The Lure (Córki Dancingu)

Presentado en la selección European Film Academy, el debut de la polaca Agnieszka Smoczynska es una obra audaz y desacomplejada que juega con numerosos registros para contar la historia de dos hermanas sirenas “comehombres” bajo el envoltorio del musical más trash. Con una festiva estética kitsch y partituras de Eurovisión, The Lure (Córki Dancingu, 2015) nos lleva al territorio de las salas de fiestas para narrar la imposible atracción entre un músico y una de las ninfas acuáticas cegada por el amor y las luces de neon. De la comedia al drama, del terror a la tragedia romántica, el contrapunto es el eje de este film donde las decisiones de las protagonistas las convierten en víctima o verdugo a través del sacrificio o la salvación. Pero este sci-fi musical que podríamos enmarcar en el fantástico fracasa en el ambicioso intento de encontrar la (difícil) cohesión de tonos y géneros, aspecto que se acentúa en el tramo final cuando la película se torna más oscura y pierde la distancia irónica. Eso si, después de habernos regalado delirantes momentos de intermitente destello creativo.

the-lure

Ikarie XB 1

Conocida también como Viaje al fin del universo (Voyage to the End of the Universe, 1963) tras sufrir un nuevo montaje para la versión internacional en inglés. Este clásico checoeslovaco del cine espacial que ha sido restaurado y presentado en su edición original es una obra de culto tan desconocida para el gran público como imprescindible para los amantes de la ciencia ficción. El periplo de la nave espacial que da título al film en la búsqueda de un nuevo mundo en los confines del universo es la metáfora (política) de un nuevo orden mundial más justo y humano en la época del “telón de acero”. La obra, seminal en su género, ha dejado una influencia conocida y reconocida en películas como 2001: una odisea del espacio, Alien, Solaris o Planeta desconocido por citar algunas referencias que han sido apuntadas con anterioridad, pero sus imágenes rebosan muchas más ideas y modelos como un reto a descubrir. Innovadora en sus efectos, vanguardista también en la forma, la nueva versión recuperada pone de manifiesto la calidad del diseño de producción, sus cuidados encuadres y un esplendido uso del blanco y negro. Todo un (re)descubrimiento.

Le fils de Joseph

El cine nació como un invento registrador de imágenes presentado en ferias, pero pronto encontró en el teatro la posibilidad de narrar (todavía tardaría algo en fijar su propio lenguaje, no digamos su condición de arte) y sin embargo hoy, a pesar de su crisis, mira orgulloso a sus hermanas mayores y el adjetivo “teatral” resulta un término peyorativo a la hora de calificar filmes.

Eugéne Green indaga en su nueva película sobre las formas de representación y entrega una obra que conscientemente resalta la puesta en escena (teatral y cinematográfica): construida en actos, con interpretaciones antinaturalistas, miradas a cámara, a veces “justificadas” por el contraplano y otras muchas interpelando al espectador tras esa “cuarta pared”… Incluso la única pieza musical diegética que se escucha en la película es una obra tan interpretada como representada por una cantante lírica.

La apuesta, sin duda coherente, es el envoltorio de la historia de Vincent, hijo de María, madre soltera, y que encuentra en José (el Joseph del título) la ausente figura paterna en un evidente eco de los evangelios (una de las obras abierta a más “interpretaciones”) para trasladar un mensaje de espiritualidad en la vida moderna. El problema es que la mística de la película está mas cerca del catecismo que de la teología y la apuesta formal, aunque decidida y con momentos de interés, se agota pronto en su propia autoconsciencia y es que, como dijo alguien, no todo el mundo puede ser Bresson.

Heartstone (Hjartasteinn)

Crecer duele. En el sentido más literal: los huesos, las articulaciones… y –si no es de piedra como el título de la película– sobre todo el corazón. Un órgano que helado es tan duro como el mineral, pero mucho más quebradizo. En la cinta de Guðmundur Arnar Guðmundsson el siempre doloroso tránsito por la adolescencia está contado a través de la historia de amistad de Thor y Christian, un refugio de complicidad en una fría y aislada comunidad islandesa, y que corre peligro de desmoronarse cuando este último descubre la atracción que siente hacia su amigo mientras asume de forma desgarradora el descubrimiento de la propia sexualidad. En el (también metafórico) paso sin continuidad del verano al invierno, el director retrata con luz acerada el hermoso y duro paisaje en el que se mueven los protagonistas, una sociedad embrutecida donde los adolescentes buscan su lugar en el mundo rodeados de adultos más desnortados y confundidos que ellos mismos. Pariente lejana de Sparrows (la cinta que se alzó con la Concha de Oro en 2015) Heartstone es una apuesta superior, una obra más redonda y sensible, inspirada y desoladora por momentos, pero abierta a la esperanza en su poético y magnífico plano final.

José Félix Collazos

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