Enamorado de mi mujer (Amoureux de ma femme, 2018)
Nota: 5
Dirección: Daniel Auteuil
Guión: Florian Zeller (Obra: Florian Zeller)
Fotografía: Jean-François Robin
Reparto: Sandrine Kiberlain, Adriana Ugarte, Gérard Depardieu, Daniel Auteuil, Brigitte Aubry
Duración: 84 Min.
Tras una trayectoria importante como actor, Daniel Auteuil se ha puesto tras la cámara para adaptar tres novelas de Marcel Pagnol —quien le dio suerte con el díptico El manantial de las colinas y La venganza de Manon (1986), dirigido por Claude Berri— y este cuarto largometraje, Enamorado de mi mujer que lleva a la pantalla la obra de teatro “L’envers du décor” de Florian Zeller, quien también se ha encargado de la adaptación.
Se trata de una comedia bastante convencional, bien resuelta, aunque con algunas arritmias. Limitada a cuatro intérpretes y al espacio único y tiempo continuo de una cena. Isabelle y Daniel se ven obligados a invitar a cenar a un viejo amigo, Patrick, aunque son reticentes, pues no se comportó muy bien con su esposa –de la que está divorciado- y amiga también de la pareja. Ahora, el ya maduro Patrick tiene por novia a Emma, una chica española que podía ser su hija y que, según sospecha Isabelle, puede trabajar en un bar de alterne, aunque aspire a ser actriz. El desarrollo de la cena tiene para Isabelle el aliciente de desmitificar a Emma, que se ha presentado con un vestido que subraya su atractivo físico.
Nada más verla, Daniel ha sufrido un auténtico shock y se pasa toda la cena fantaseando con Emma: imaginándose que flirtea con ella, cae rendida a sus encantos, que se ve con ella en Ibiza —donde les ha invitado Patrick para el verano—, la aplaude en un Tío Vania en el que debuta y hasta que se fugan a Venecia… Pero la imaginación de Daniel, que parece no tener límites y no se detiene en los sueños placenteros, también especula con que Emma lo abandona por un hombre más joven y sobreviene el desastre. Y este burgués, dueño de una editorial y con una buena casa en el centro de París, se echa en brazos de su esposa renunciando a una posible cana al aire que acabaría como el rosario de la aurora.
A pesar de sus escuetos 86 minutos en los que pasan bastantes cosas, Enamorado de mi mujer es una pieza necesitada de mayor fuerza. Prácticamente se limita a una idea, que expone con convicción, pero resulta insuficiente; de ahí la pérdida de ritmo en el último tramo, cuando termina la cena y Daniel se queda imaginando su aventura adúltera. Los actores están bien en sus roles bastante estereotipados, incluido Depardieu, más comedido de lo habitual en los últimos tiempos.
Desde otra perspectiva, es una película si no patriarcal manifiestamente masculina en la visión de los hombres maduros tentados por jovencitas (y, viceversa: la mostración de veiteañeras que operan con sus “armas de mujer” para seducir a tipos con dinero), con ese convencionalismo machista de que los hombres sólo vemos cuerpos y figuras bonitas a las que seducir… A estos lugares comunes hay que añadir el de la española que celebra su cumpleaños en el marco de una familia numerosa, con muchas flores en los vestidos y en el patio, bailando flamenco. Supongo que se ha querido poner ironía a esta perspectiva de los tópicos, pero no se aprecia demasiado.
José Luis Sánchez Noriega