The vast of night (2019)
Con esta entrada quiero celebrar la existencia de películas como The vast of night, estrenada a escondidas en Amazon Prime Video el año pasado. Y es que hace tiempo que no se hace ese tipo de cine capaz de sacar al niño curioso y entusiasta que todos llevamos dentro (unos más adentro que otros). No pasará a la posteridad por sus aportaciones, pero tampoco caerá en el olvido el nombre de su director, el debutante Andrew Patterson, por su capacidad de expresar tanto con tan poco presupuesto y tantos recursos narrativos.
A veces, el cine es cuestión de estimular la mirada del espectador a través de la imaginación del creador. Y eso es lo que obtenemos en The vast of night: incertidumbre, misterio y, sobre todo, la excitación que provoca lo desconocido. Patterson nos arrastra a su terreno con planos largos y fluidos que provocan una suerte de fascinación en el espectador. Una vez seducido nuestro campo de visión mediante un extenso plano secuencia al inicio del film, el cineasta se embarca en la conquista de nuestros oídos a través del arte sonoro de la narración hablada.
De la mano de sus dos protagonistas y de una galería de secundarios que siembran la inquietud con una eficiencia asombrosa -algunos desde el otro lado de una línea telefónica y otros mediante la excelente y sencilla puesta en escena de Patterson- la película nos embarca en un universo fantástico y conspiranoico que juega constantemente con el fuera de campo sonoro y visual. De propina, nos llevamos el retrato de un pueblo americano en mitad de ninguna parte que, al mismo tiempo, arroja una mirada nostálgica al encanto de una época pasada y observa con compasión su rutinario y mecánico día a día. Recuerda a cuando el cine de entretenimiento era tan intrépido como el de arte y ensayo.
Carlos Fernández Castro