La Casa del Tejado Rojo (Chiisai Ouchi) (2014)
Nota: 7,5
Dirección: Yoji Yamada
Guión: Yoji Yamada, Emiko Hiramatsu (Novela: Kyoko Nakajima)
Reparto: Takako Matsu, Haru Kuroki, Hidetaka Yoshioka, Satoshi Tsumabuki, Chieki Baisho, Takataro Kataoka
Fotografía: Masashi Chikamori
Duración: 136 Min.
Las películas dirigidas por señores de avanzada edad desprenden un aroma especial. En concreto, ‘La Casa del Tejado Rojo’ no podría haber sido dirigida por un recién licenciado o un debutante deseoso de comerse el mundo. El equilibrio de sus emociones y un ritmo pausado delatan a un octogenario detrás de las cámaras. Al igual que en anteriores trabajos (El Ocaso del Samurai, La Espada Oculta), Yoji Yamada parece haber encontrado la clave para cautivar al espectador, sin más recursos que una gran sensibilidad y la sencillez de su estilo narrativo.
El director nipón abandona definitivamente el Japón de los samurais, para reafirmar su interés por la institución familiar (tema central de ‘Una Familia de Tokio‘) y adentrarse en el pantanoso terreno del melodrama. La buena noticia es que Yamada triunfa en el intento, a pesar del marcado carácter telenovelesco de su guión, y de una duración que bordea peligrosamente el exceso. En este sentido, la estructura del film propicia varias alternancias en la narración, que contribuyen a mantener la atención del espectador a lo largo de sus 136 minutos.
Entre otros aspectos, la narración de Yamada destaca por su objetividad y por la peculiaridad de su punto de vista. En ningún momento conocemos la tormentosa historia de amor de mano de los amantes que la protagonizan, sino a través de los recuerdos escritos de una humilde sirvienta. El espectador no presencia escenas de sexo ni verdaderos momentos de intimidad. De esta manera, el director reparte el protagonismo del film entre quienes vivieron el romance (protagonismo delegado por la narradora) y quien lo presenció desde fuera (protagonismo relativo de quién narra y participa en el desarrollo de los acontecimientos), y logra el tono contenido que caracteriza a esta película.
A lo largo del metraje, recorremos tres líneas argumentales que responden a propósitos completamente diferentes. La trama central recrea la vida de una familia en el Tokio inmediatamente anterior a la II Guerra Mundial y narra un adulterio largamente anunciado. Por otro lado, las tramas secundarias son más conceptuales (la culpa y la redención) y no revelan su verdadera naturaleza hasta los últimos compases del film. A través de éstas, Yamada ofrece un contrapunto a la agradable linealidad del tema principal: el amor prohibido entre un empleado honesto y la sufrida mujer de su patrón.
Al igual que el resto de su metraje, el desenlace de ‘La Casa del Tejado Rojo’ no ofrece grandes sobresaltos y permanece fiel a la serenidad del conjunto. A pesar de su aparente sencillez, la película ofrece interesantes pinceladas sobre el Japón de los años 40 y plantea conflictos morales de una profunda complejidad. Probablemente, el ritmo parsimonioso de Yamada impedirá que sus detractores reparen en la riqueza de su propuesta. Sin embargo, los que siempre han conectado con su estilo contemplativo y sus composiciones equilibradas recibirán la recompensa esperada.
Carlos Fernández Castro