Mi Gran Noche (2015)
Nota: 6
Dirección. Alex de la Iglesia
Guión: Jorge Guerricaechavarría, Alex de la Iglesia
Reparto: Mario Casas, Raphael, Blanca Suárez, Pepón Nieto, Santiago Segura, Terele Pávez, Carlos Areces, Luis Callejo, Carmen Machi
Fotografía: Ángel Amorós
Duración: 100 Min.
Los especiales de Nochevieja ya no son como los de antes. Ahora desprenden un aire artificial que antaño ignorábamos, bien por exceso de inocencia o por el buen hacer de los responsables de televisión española. Personalmente, me decantaría por una mezcla de ambas. Sea como fuere, ‘Mi Gran Noche’ consigue capturar la atmósfera de esa ineludible cita anual, en la que el glamour y la caspa se fundían en una orgía de chistes malos, estúpidos propósitos de año nuevo, y en actuaciones musicales en clamoroso playback, aplaudidas por un público que fingía actitud de año nuevo en pleno verano.
Sin quererlo (o puede que queriendo), Alex de la Iglesia se postula como director de la próxima gala de los Goya. A golpe de números musicales primorosamente filmados, el director ubica al espectador en un mundo de falsedad y luces de neón en el que todo es posible y en el que tienen cabida todo tipo de artistas egocéntricos, actores desequilibrados, hijos bastardos con sed de venganza, chonis maquiavélicas, representantes con espíritu paternalista, almas solitarias que devienen gemelas, y ante todo, una súper estrella.
Cual camarote de los hermanos Marx, los personajes de ‘Mi Gran Noche’ irrumpen en escena como un elefante en una cacharrería y abren un buen número de líneas argumentales que no siempre convergen como cabría esperar. Sin embargo, el espíritu alocado de la propuesta legitima ciertas incoherencias que serían imperdonables tratándose de una obra con mas pretensiones que la de entretener.
Dichos descuidos son compensados parcialmente con un ritmo frenético, que esquiva los tiempos muertos pero no evita la dispersión narrativa. El especial de Nochevieja de ‘Mi Gran Noche’ no tiene la suficiente fuerza de gravedad para forzar la interacción entre los diferentes hilos conductores de su guión. De la iglesia tampoco triunfa a la hora de insinuar el contexto social en el que se desarrollan los acontecimientos: la manifestación que rodea los exteriores del plató de rodaje acaba siendo un burdo recurso para justificar el aislamiento de los personajes y carece del valor reivindicativo al que parece aspirar, al igual que la tímida alusión a las empresas de trabajo temporal para la que trabajan los asistentes al especial de Nochevieja.
Sin embargo, el cineasta vasco sí acaba dando forma a otro de sus típicos universos desquiciados, repletos de freaks tan adorables como marginales. Destacan los trabajos de un impagable Carlos Areces, un sorprendente (nunca pensé que escribiría esto) Mario Casas y Raphael. El segundo aporta la actitud bobalicona y chabacana que requiere Adanne, un ídolo de masas que solo sabe cantar, bailar, y domina el arte de amar. Mientras que el incombustible cantante de Linares se ríe de si mismo sin caer en el ridículo, y aprovecha cada una de sus intervenciones, concebidas magistralmente por el director, para confirmar su estatus de súper estrella y hacer gala de una inesperada vis cómica.
Puede que ‘Mi gran Noche’ no esté a la altura de los mejores trabajos de su director, pero funciona como un producto de entretenimiento y como un chiste local. Su gran sentido del espectáculo sintoniza a la perfección con el producto televisivo en el que se ampara, dando lugar a un esperpento al que no le hubiera venido mal un par de reescrituras de guión. A lo largo del metraje, resulta inevitable preguntarse: ¿qué hubieran hecho Azcona y Berlanga con semejante premisa? Pero vivamos el presente y disfrutemos moderadamente de un Alex de la Iglesia en un aceptable estado de forma.
Carlos Fernández Castro